Para lograrlo, el buque Victoria tuvo que someterse a varias modificaciones, principalmente en su motor. Se trata de una embarcación de 1.300 toneladas y 70 metros de eslora que pertenece a BP Shipping y que opera a diario en las zonas del puerto de Rotterdam y Amberes (Países Bajos y Bélgica). Se prevé que estas modificaciones reducirán las emisiones de NOx en un 92% y las partículas sólidas en un 98%. Además se eliminarán casi por completo las emisiones de SOx, mientras que las emisiones de CO2 se reducirían en un 5%.
Actualmente el sistema es bastante caro, señalan los socios, que prefieren no dar una cifra. No obstante, Bert de Vries, de la Asociación de la Industria de la Construcción Naval de los Países Bajos, uno de los socios del proyecto está seguro de que ocurrirá como con los ordenadores: empezarán siendo unas máquinas enormes y caras y luego disminuirán su tamaño y su coste.
Mike Smyth, otro de los socios, opina igual:
El principal problema logístico que encontramos fue que el Victoria se diseñó con su equipamiento ya colocado. La maquinaria que nos proponíamos instalar era bastante voluminosa. Instalar la nueva tecnología en un barco que ya estaba en funcionamiento fue todo un reto. Si se instalara esta misma tecnología en un barco en construcción resultaría mucho más económico y fácil.
Fuentes:
Ecoinventos.