7/01/2019 - 13:45h

Cultivar como acto político

patatas naturalesHoy en día, cuando cultivar no es necesario para la subsistencia, la agricultura se ha convertido prácticamente en un acto político. Marc Casabosch, escritor y divulgador ambiental, habla de ello en su nuevo libro Cultivando la Vida.  "Ya no se cultiva por necesidad" explica, debido al acceso generalizado a los alimentos, por lo que esta actividad responde a un acto de reivindicación para conectar con el entorno y rehuir las comodidades que ofrecen las grandes superficies. Cultivar es, en la sociedad de hoy, una forma de "empoderamiento silencioso" que cada uno de nosotros puede llevar a cabo, ya sea en su patio, balcón o incluso ventanas.

En los supermercados solemos encontrar siempre un apartado de productos ecológicos, ¿pero todos ellos lo son realmente? Marc Casabosch, escritor y divulgador ambiental, ha reflexionado sobre el tema y considera que: Una hortaliza que, cultivada de forma sostenible en origen, tenga que viajar "miles de kilómetros para ser consumida de forma descontextualizada", pierde su valor "ecológico" ya que incurre en un impacto ambiental que aleja al producto de su "etiqueta" en el mercado. Nada será más ecológico que tener un huerto propio: próximo, ecológico y de temporada.

Mitos que corren sobre el cultivo

A pesar de que cultivar es una actividad que se adapta al espacio y tiempo de cada cual, siguen existiendo mitos muy arraigados (especialmente en las ciudades) en relación a la supuesta cantidad de trabajo y horas que requiere cuidar de un huerto. Nada más lejos de la realidad: llevar un huerto no se siente cómo un trabajo, sino más bien cómo un hobbie. Muchos jardineros jóvenes explican que están cultivando su paciencia, no solo las plantas. Hacer un huerto resulta de antídoto a los trabajos multitasking; puede llegar a ser meditativo.

Capacidad de observación, creatividad y mucha paciencia

Se pueden construir huertos de muchas formas y medidas. Por ejemplo, una manera de aprovechar el espacio en todas sus dimensiones son los huertos verticales. Así, llevar un huerto obliga a desarrollar la creatividad. También deberás tener un control casi diario de tus plantas de modo que tu capacidad de observación se beneficiará y serás capaz de percibir detalles cada vez más sutiles en el crecimiento y estado de salud de tus plantas: uno empieza a ver dinámicas como las temporadas de cosecha, que quizás antes ignoraba por completo. Por último, un huerto requiere ante todo de mucha paciencia.

Una institución importante en el fomento de los valores de respeto al medio ambiente es la escuela, si bién Casabosch considera que el esfuerzo educativo debe ir de la mano con el contexto familiar: "no tiene sentido hacer un huerto en la escuela y luego hacer la compra familiar en el supermercado", ha advertido.

huerto vertical

En resumen, la totalidad de los esfuerzos por reconectar con el entorno a través del cultivo han de conjugarse, en opinión de Casabosch, como parte un cambio global.

Fuente: efeverde

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