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Dos décadas tras la caída de la Cortina de Acero, la antigua frontera que dividía la Alemania occidental de la soviética se ha convertido en la mayor reserva natural de Europa: una línea de 858 millas cuadradas, que era la Cortina de Acero y se ha convertido en el Cinturón Verde, con más de 600 especies de pájaros, plantas, mamíferos e insectos, algunas en peligro de extinción.

Pero hay más: se proyecta que 23 países más participen en la creación de este parque, aportando el total de 4.250 millas de longitud que medía en total la Cortina al dividir Europa, desde el Ártico hasta el Mar Negro.

El Dr. Kai Frobel, ornitológo, fue la persona que lo comenzó todo en los años 70. En aquellos días, parecía imposible que el muro de Berlín o el bloque soviético pudiesen desaparecer. Pero eso le importaba poco a Frobel, un adolescente por aquel entonces. Cuando tenía 13 años, le vivía en la ciudad alemana de Hasenberg, junto a la Cortina. Le encantaba observar a los pájaros.  Equipado con un par de prismáticos Zeiss de 30 años de antigüedad y altas botas de goma, solía pasar su tiempo libre en el campo, en el norte de Baviera. Y a menudo acababa junto a la frontera. -Sólo estaba a 400 m. de nuestro pueblo. Crecí con la Cortina de Acero, para mí era algo normal. Debido a las minas y a las torres de vigilancia, llenas de centinelas con cara de malas pulgas, esa zona era un oasis de calma.

El hecho de que se haya podido construir un parque siguiendo la línea de la frontera se debe a que la frontera tenía varias zonas valladas que en total superaban los trescientos metros de anchura. Las zonas valladas no fueron pisadas por el ser humano durante 37 años, con lo cual la Naturaleza creció en esas zonas de forma salvaje, manteniéndose a salvo una flora y una fauna que fueron desapareciendo en el resto de Alemania debido a la extensión de la agricultura, de los fertilizantes y otros factores. Muchas de esas especies encontraron refugio en esta zona.

Frebel en seguida se dio cuenta de que en esta zona podían verse pájaros que no se encontraban en otros sitios. -Algunos realizan el cortejo en las vallas de alambre de espino. A finales de los 70, uno de sus estudios sobre pájaros entró en un concurso local de estudiantes. Sus resultados despertaron mucho interés entre los ornitólogos, y el estado de Baviera comenzó a comprar terreno cercano a la frontera, para evitar su urbanización.

Para entonces, el tiempo que pasaba junto a la frontera, casi siempre de noche, le había hecho muy conocido entre los soldados de Alemania del Este que solían hacer guardia, y para la Stasi -la antigua inteligencia secreta de la RFA- era el ornitólogo occidental más nombrado. Su reputación creció cuando comenzó a visitar a un ornitólogo de República Federal de Alemania, a quien no conocía pero con quien mantenía correspondencia frecuente. Su encuentro personal fue espiado por la Stasi.

A la caída del Muro, pudo acceder al informe que la Stasi tenía de él: tenía casi tres centímetros de grosor.

En diciembre de 1989, sólo un mes tras la caída del Muro, grupos ecologistas reaccionaron extremadamente rápido para asegurar que este valor natural queda protegido.

El único inconveniente que tiene este parque son las 1,3 millones de minas que fueron diseminadas por la frontera. El gobierno alemán se encargó de quitarlas en su momento, pero no garantiza que hayan desaparecido todas. -Lo cual tiene su parte positiva,asegura Matthias Fanck, -puesto que los turistas no se arriesgan a entrar aquí.

Fuente: The Independent