En Soliclima no somos amigos de los nombres de marcas, pero es justo reconocer su esfuerzo a aquellos que realmente consiguen hacer un producto más ecológico. Estos son los detergentes menos dañinos para el medio ambiente.
Los detergentes convencionales incluyen sustancias no biodegradables. La era del detergente moderno comenzó en 1933. En los años 60, los países europeos comenzaron a ver cuáles eran las consecuencias medioambientales de los tensioactivos sintétios: montañas de espuma en los ríos; por este motivo, obligaron a los fabricantes a utilizar sustancias que fueran biodegradables en un 80%.
Existe otra sustancia perjudicial desde el punto de vista medioambiental: el fosfato. Esta materia se utiliza para ablandar el agua, no es tóxica, pero supone un abono material que fomenta el crecimiento de las algas en los ríos, lo que produce la muerte de los peces. Sobre esta sustancia se comenzó a legislar en la década de los 80. Actualmente suelen usarse otras sustancias en sustitución de los fosfatos.
La UE ha creado una etiqueta ecológica oficial que sólo pueden incluir en su packaging aquellos productos que cumplen con sus recomendaciones más estrictas: la FBR. Entre otras cosas, no utilizan el sulfanato de alquil benceno, una sustancia no biodegradable. Incasa es una de las empresas que dispone de esta etiqueta ecológica; fabrica los detergentes Uni Vert y Eco Mmidu.
Otras marcas no tienen esta etiqueta, aunque cumplen de sobra los requerimientos solicitados: Ecovert y Almacabio, que disponen de un departamento propio de I+D, pero considera que los requisitos son demasiado bajos y que, por tanto, no van a lucir una etiqueta con cuyos requerimientos no están de acuerdo.