Acompañado de James Connaughton, consejero de Medio Ambiente del presidente americano, Daniel Price confirmó así la evolución de la posición de su país relativa a las negociaciones sobre el cambio climático: los Estados Unidos aceptan que el acuerdo internacional a largo plazo, que dicen haber buscado desde hace varios meses, sea, para ellos, «vinculante».
El mensaje, también entregado en Berlín por los dos colaboradores del presidente Bush, se inscribe en las consecuencias del acuerdo encontrado por la comunidad internacional en Bali (Indonesia), en diciembre de 2007, sobre la preparación de un Tratado que sucederá, después de 2012, al protocolo de Kioto para limitar las emisiones de gas de efecto invernadero. Se sitúa también en la perspectiva de la próxima Reunión de las economías principales, impulsada por Washington y prevista el 14 y 15 de abril en París.
«Un acuerdo global no podrá ser eficaz sin los más grandes países en desarrollo», es decir, sin China, India y Brasil», recordó Daniel Price. Los Estados Unidos parecen haber comprendido que ninguno de estos países se comprometería si ellos mismos permanecían en su posición. Su voluntad ahora fijada de asumir un compromiso vinculante debería permitir hacer avanzar los debates a partir de este año.
Para Washington, cada Estado debe encontrar el método de acción que corresponde a su situación. «Para algunos, será apropiado emprender acciones sectoriales; para otros, fijarse objetivos de eficacia energética globales; para otros, contemplar una reducción global de las emisiones», prosiguió Daniel Price. Los Estados Unidos se encuadrarían más bien en una de las dos primeras categorías. La amplitud de los objetivos que aceptarán fijarse debería estar en el centro de las negociaciones.
Los emisarios de George Bush precisaron dos sugerencias más. Por una parte, los Estados Unidos proponen desarrollar un mecanismo financiero que permita transferir Ëœa un coste reducido o nulo» las tecnologías limpias hacia los países en desarrollo. Del otro, insisten para que las barreras arancelarias sobre estas tecnologías sean reducidas o incluso suprimidas. Se depositó una propuesta en este sentido, en noviembre, conjuntamente con la Unión Europea, ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).