Según los técnicos del Eren, «los edificios públicos son especialmente interesantes para el desarrollo de instalaciones de energías renovables, especialmente cuando se trata de grandes consumos de calor, como ocurre en las instalaciones deportivas cubiertas». El complejo del Ejido, que se construyó en el 2006, tenía previsto utilizar como fuente energética el gas natural. Sin embargo, finalmente Eren y Ayuntamiento realizaron un estudio sobre las necesidades energéticas del edificio para proponer la alternativa más eficiente posible a través de las energías renovables.
El resultado fue una instalación solar térmica, que es la que funciona en primer lugar. 90 captadores solares en la azotea del edificio proporcionan agua caliente a las instalaciones, y climatizan el agua de la piscina grande. El sistema solar siempre tiene prioridad sobre los otros dos; y si no es suficiente entran en funcionamiento las calderas de biomasa. Primero la energía gratuita, procedente del sol; en segundo lugar la energía más barata, la biomasa y por último, en puntas de consumo, el gas natural, que es la más cara. El consumo de biomasa se sitúa alrededor de las 350 toneladas al año.
El coste total del sistema de biomasa y de energía solar térmica supuso una inversión de 200.000 euros, que aportó el Eren. El resultado, desde el punto de vista tecnológico, es un sistema mixto con máxima eficiencia energética y dos energías renovables; y desde el punto de vista ambiental supone la reducción de emisiones. Además, se utilizan recursos energéticos autóctonos. El proyecto tiene también un claro fin divulgativo de estos usos.