José Luis García, responsable de proyectos de la Campaña de Energía de Greenpeace España, asegura en León que no es bueno fomentar una fiebre desmedida por las plantas de biocarburantes
El biodiésel es una de las energías del futuro que resolverá un gran número de problemas medioambientales. Por un lado, servirá para sustituir la producción energética y transformar paulatinamente las que más contaminan por fuentes limpias y renovables. Al mismo tiempo, puede cumplir una función socioeconómica como es dar una salida laboral a todas las personas que hasta ahora se dedicaban al cultivo de la remolacha o de otros productos que están en clara recesión y tienen que encontrar una alternativa para sus tierras.
Por eso, José Luis García Ortega, responsable de proyectos de la Campaña de Energía de Greenpeace España, entiende que se trata de una fuente energética que cuenta con un brillante futuro por delante, pero que no solucionará ningún problema ecológico si no viene complementado por el Gobierno español con otras políticas de gestión de eficiencia y ahorro energético.
García acudió ayer a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León para pronunciar una conferencia sobre las repercusiones que puede tener las acciones de cada persona en los grandes problemas globales que tienen que ver con el medio ambiente.
Mantiene que el comportamiento indivicual, por minúsculo e insignificante que parezca, siempre ayuda a agravar o reducir, segúnm sea, la situación final de la naturaleza y, por eso, hay que ser conscientes de la huella y el reflejo que un hecho local repercute en la situación mundial.
Por ello, entiende como algo muy negativo la costumbre que hay de adoptar lo que él denomina 'posturas maximalistas', que es lo que está ocurriendo ahora con el fomento del biodiésel. La proliferación de anuncios de nuevas plantas que se van a construir en diversas provincias de Castilla y León no es un hecho negativo en sí, pero sí lo es, añade, que de repente todo el mundo quiera dedicarse a este tipo de energía.
José Luis García añade que lo más sensato es que haya un equilibrio o 'mix de energías para que podamos avanzar y mejorar nuestro desarrollo social' sin perjudicar el cuidado del medio ambiente.
Greenpeace ha dado a conocer recientemente un informe, elaborado de forma independiente por la Universidad Pontificia de Comillas, que muestra la capacidad de la Península Ibérica de usar energía ofrecida sólo por fuentes renovables como la solar o la eólica.
Greenpeace considera que convertir en realidad todo esto es simplemente una apuesta polítca, ya que se está demostrando que se cuenta con el potencial suficiente para funcionar con energías no contaminantes, como la eólica o la solar, que sean capaces de cubrir las necesidades de todo el país.
Jose Luis García es consciente de que las centrales térmicas convencionales que están repartidas actualmente por la geografía de Castilla y León no se pueden cerrar de la noche a la mañana porque su producción es necesaria, pero sí sugiere que esa misma energía que generan se vaya transladando paulatinamente a unas fuentes menos contaminantes.
Fuente: El Norte de Castilla, 23 de marzo de 2006