En 2009, ya no podremos comprar termómetros de mercurio para mirar si tenemos fiebre; el motivo es el calentamiento, pero de la temperatura de la tierra. Y es que la Unión europea acaba de publicar una directiva, donde da un plazo de un año y medio a los 27 estados miembros para que restrinjan la comercialización de todos los aparatos de medición que contienen mercurio.
La medida no sólo afecta a los tradicionales termómetros, sino también a aparatos como manómetros, esfigmomanómetros y termómetros no médicos. De esta eliminación se salvarán sólo aquellos aparatos de medición de más de 50 años (antigüedades o bienes culturales) y los barómetros con mercurio; a éstos últimos se les ha alargado el plazo a dos años antes de desaparecer también.
Según la UE, esta normativa "reportarán beneficios para el medio ambiente y, a largo plazo, para la salud humana, al evitar que el mercurio entre en el flujo de residuos".
En todo el mundo se distribuyen 3.600 toneladas anuales de mercurio, 300 de las cuales van a parar a la UE.