12/06/2006 - 12:22h

Energías alternativas en las Islas Canarias

-La generación eléctrica y la desalinización de aguas en Canarias dependen casi en exclusiva del crudo
-El Plan Energético Canario busca reducir hasta un 72% el consumo de petróleo en diez años

El uso de energías alternativas está estancado en Canarias y el despegue de los recursos energéticos renovables suficientes y de calidad no llega. Las frías estadísticas apuntan que apenas el 15% de la creación energética proviene de las 'fuentes limipias', mientras que el consumo de energías no renovables, sobre todo en el transporte terrestre y en el proceso de desalinización del agua, sigue imparable, al margen de la producción de electricidad. Además, la desalación de agua de mar, la depuración de aguas y el bombeo son " consumos crecientes de energías no renovables transformadas en energía eléctrica, que representan grandes consumos de petróleo", explica el catadrático de la ULPGC Roque Calero. Este experto afirma que "el impacto de las energías renovables, especialmente la eólica, puede ser considerable. En prácticamente todas las Islas", dice, "la energía eólica es capaz por sí sola, de desalar el 100 por cien del agua que se precisa", apunta Calero. Asimismo, la solución energética en Canarias propuesta por ete experto catedrático, está en la racionalización de las energías no renovables, la diversificación del consumo interno y la apusta seria y determinante por las energías renovables en todo el Archipiélago, que no acaban de arrancar.

Medidas

Por su parte, desde la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias destacan que el Plan Energético de Canarias (Pecan) tiene una importancia determinante en ese sentido. El conjunto de medidas que se pretende poner en práctica en el Pecan busca reducir la dependencia del petróleo hasta un 72 por cien en la próxima década. De este documento parten los objetivos y las principales líneas de actuación que plantea el Gobierno para conseguir reducir la dependencia del crudo mediante medidas como el impulso decidido al uso racional de la energía. De lo que se trata es de desarrollar en las Islas una política seria que va mucho más allá del ahorro energético en el Archipiélago y en la que prima la máxima potenciación de las energías renovables y, en general, la ordenación del sistema energético de Canarias. El reto: ofrecer un suministro con garantias de regularidad, calidad y precio acorde con el consumo del mercado interior.

El fin del oro negro

Crisis económica generalizada y tensiones bélicas. Éstas serán las graves consecuencias que supondrá el fin del petróleo. Esta energía se agota sin que las fuentes alternativas se logren imponer en la economía mundial. En el caso de Canarias "la dependencia de los combustibles fósiles es total". En este sentido, el catedrático Roque Calero afirma que un incremento del precio del petróleo supone para Canarias "una inmediata pérdida de competitividad de nuestro sector turístico". A modo de ejemplo, Calero segura que un turista alemán que se desplace desde Aemania, en un avión con todas las plazas ocupadas, consume 250 litros de gasolina en el viaje de ida y vuelta, por lo que el encarecimiento del crudo provocaría una subida correlativa de los precios. A ello, se le une un encarecimiento del "confort artificial" de la planta alojativa, que depende de grandes consumos de electricidad "realizadas bajo parámetros constructivos absurdos", constata Calero. En el contexto internacional, Canarias puede ser sometida a una doble penalización: por un exceso de contaminación, y por el derroche de energías fósiles. "Se consumen combustibles fósiles, y pueden ser evitado, entre otras razones por nuestro clima y la abundancia de energías renovables".

Fuente: Rubén Reja. La Provincia, 29 de Mayo de 2006

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