18/03/2009 - 10:52h

Es tu basura más viajera que tú?

Zhang Guofu, de 35 años, se gana 700 euros al mes, una fortuna en China, buscando residuos entre las basuras occidentales, donde puede encontrar desde bolsas de plástico de una cadena británica de supermercados hasta DVD en inglés. La realidad es que la basura depositada en un contenedor en Londres, puede fácilmente acabar en un contenedor a 7.000 km en una fábrica de reciclaje en el delta del chino río de la Perla.

 

Se mueven desperdicios de todo tipo. Cada vez más cantidades, especialmente de papel, plásticos y metales que se transladan por barco desde los países desarrollados hasta otros países donde los estándares medioambientales son menos estrictos. Enormes barcos atraviesan los océanos para traer a occidente los bienes producidos en mercados orientales, la mayor parte de ellos, chinos. No vuelven vacíos. Sus propietarios están muy contentos de poder llenarlos de basuras que llevar a reciclar a Asia.

Esto no significa que los cargamentos de basura no estén regulados. La EU tiene regulaciones estrictas sobre lo que puede subir a un barco. A un nivel global, el comercio de desechos peligrosos está regulado por las Naciones Unidas. La UE sólo permite transportar residuos peligrosos a naciones desarrolladas donde existan las tecnologías necesarias para su reciclado, así como leyes medioambientales que lo regulen.

En principio, cada país de la UE debería ocuparse de sus desechos, aunque lo cierto es que los barcos llenos de estos desechos se han cuadriplicado entre 1997 y 2005.

Los factores que conducen a este transvase de materiales son variados: la disponibilidad de un tratamiento concreto para esa basura, la escasez de materiales o la diferencia de precios en tratamiento o en materiales reciclados.

El motivo principal por el que China importa estas materias es la escasez de los materiales y que resultan más económicos que la materia prima sin usar. Por este motivo, la UE permite estos envíos, pues presupone que no acabarán en vertederos de este país, ni contienen materiales peligrosos.

Lo cierto es que tanto en África como en Asia, a menudo se desmantelan desechos electrónicos, que son considerados peligroso, sin protección personal de los trabajadores ni medidas para evitar la contaminación del medioambiente. A menudo se quema al aire libre metales y las cenizas con metales pesados y otros tóxicos pueden contaminar zonas habitadas, con el resultado de la contaminación de comida, suelo y aguas.

 

No disponemos de suficiente información sobre lo que sucede con estos desechos electrónicos cuando salen de la UE, en parte porque la información sobre estos envíos es ambigüa. Es difícil saber si se transporta un televisor para ser vendido de segunda mano o para su desguace. En el primer caso, su transporte es legal; en el segundo, puede no serlo.

 

 
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