La principal finalidad ambiental del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y así consta en la exposición de motivos de su ley de creación, es la de garantizar la conservación del Monte de El Pardo y su conexión con la Sierra del Guadarrama. El Parque Regional, además de esta figura de protección, está declarado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) dentro de la Red Natura 2000, así como Reserva de la Biosfera por parte de la UNESCO.
Sin embargo, sobre este emblemático espacio se ciernen dos graves amenazas. Por un lado, hace ya más de dos años que la Comunidad de Madrid presentó su proyecto de construcción del Cierre Norte de la M-50. Pero, por otro, a finales de diciembre, el Ministerio de Fomento ha presentado a información pública la variante de la autovía A-6 en Las Rozas. Curiosamente, el proyecto de Fomento permite la conexión de la variante con el proyecto de cierre de la M-50. Y esto a pesar de que, en teoría, Fomento está en desacuerdo con su ejecución por la Comunidad de Madrid.
Ambas autovías tendrían un gran impacto ambiental sobre el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Afectarían tanto a sus valores naturales intrínsecos -al discurrir los dos viales por un encinar en excelente estado de conservación como es el Monte París, donde se eliminarían miles de encinas- como a sus valores extrínsecos, especialmente a su función de protección del colindante Monte de El Pardo. De esta manera, la construcción de las dos autovías produciría un daño ambiental indirecto sobre el Monte de El Pardo, al contribuir de manera importante a su aislamiento.
Asimismo, la construcción de las dos autovías tiene implicaciones urbanísticas evidentes: el "desgajamiento" de amplias superficies de suelo del Parque Regional, que previsiblemente serían excluidas por la Comunidad de Madrid de ese espacio protegido, y reclasificadas como suelo urbanizable para la construcción de miles de viviendas. Esto incrementaría aún más el daño ambiental tanto sobre el Parque Regional del Cuenca Alta del Manzanares como sobre el Monte de El Pardo.
No es por tanto exagerado afirmar que la construcción de las dos autovías propuestas sería la mayor agresión ambiental que sufre el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares desde su creación hace ahora 23 años, y por consiguiente también el Monte de El Pardo.
Ambas actuaciones producirían también un impacto social importante. Así, el cierre norte de la M-50 afectaría gravemente a la viabilidad del gran parque forestal de más de 1.000 hectáreas que el Ayuntamiento de Madrid pretendía crear en el polígono Valverde, para el desarrollo en el mismo de actividades ambientales y de ocio y esparcimiento. Por otra parte, la variante de la A-6, cercaría a una gran parte de la población de Las Rozas entre dos autovías, reduciendo aún más su contacto con la naturaleza circundante, cuando fue ése fue uno de los principales motivos que empujó a muchas personas a trasladar su residencia desde Madrid a Las Rozas.
Además, estas nuevas autovías generarán más tráfico, y por tanto supondrán un aumento notable en nuestra emisiones de gases de efecto invernadero e incrementarán los ya graves problemas de contaminación del aire en el área metropolitana de Madrid.
Ecologistas en Acción considera que nos encontramos ante dos obras con un impacto ambiental y social inasumible, sin olvidar tampoco su desmesurado coste económico. Resulta claro que sus principales beneficiarios serían las empresas constructoras, así como a los promotores inmobiliarios que especulen y construyan en las bolsas de suelo que se crearían.
Por ello, Ecologistas en Acción considera que tanto la Comunidad de Madrid como el Ministerio de Fomento deberían, en aras del interés general de todos los madrileños, renunciar de forma definitiva a la construcción del cierre norte de la M-50 y de la variante de la A-6 en Las Rozas.
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Informe autovías Parque Regional.