26/06/2008 - 08:30h

Hacia una sociedad europea del reciclaje

Ya está aprobada la nueva Directiva europea de Residuos. El Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR), que ha participado en la fase de consultas, valora de forma -positiva que el Parlamento y los estados miembros hayan llegado a un acuerdo en esta materia, marcando una nueva etapa en la prevención, recuperación, reutilización y reciclaje de residuos.   
El Parlamento Europeo dio luz verde este pasado martes a la nueva Directiva Marco de Residuos que tiene como principal objetivo encaminar al Viejo Continente hacia la sociedad europea  del reciclaje. Para ello, la Directiva establece la novedad de obligar a todos los países miembros de realizar Programas de Prevención, dentro de sus respectivas planificaciones sobre residuos, introduciendo una jerarquía de actuaciones que consideren el vertido como último recurso. -Se trata de contemplar el vertido de residuos como última opción, en un ciclo que comienza con la prevención y la reutilización, sigue con el reciclaje y la recuperación energética de los residuos, y finaliza, sólo en último extremo, con el vertido en vertederos controlados, señala Carlos Martínez Orgado, director general del ISR, entidad que engloba a los principales gestores de residuos en España y Portugal y a las administraciones públicas.

La Directiva marca la obligatoriedad de que los Programas de Prevención incorporen objetivos cuantificados e indicadores para su control, tal y como ya ha hecho la comunidad autónoma de Castilla La Mancha, -la primera región española que se ha adelantado en este sentido a la aprobación de la norma europea, según comenta Martínez Orgado. Asimismo en el año 2014 se establecerán objetivos de prevención a nivel europeo de obligado cumplimiento en 2020.

La Directiva también señala unos objetivos concretos para la reutilización y el reciclaje (incluido el compostaje) para el año 2020. En el caso de los residuos urbanos, incluyendo los domiciliarios y asimilables, estas actividades deberán alcanzar al menos el 50 por ciento del total, mientras que para los provenientes de la construcción y demolición, la cifra se eleva al 70 por ciento.

En el caso de los bioresiduos, la Directiva exige su recogida selectiva, su tratamiento específico y el establecimiento de estándares de uso para el producto compost.
En relación con la incineración con recuperación de energía de los residuos urbanos, la Directiva la contempla como una actividad de valorización, siempre que se cumplan unos mínimos de eficiencia energética.

El productor de residuos tiene una responsabilidad más amplia sobre estos en la nueva Directiva. Los estados miembros podrán adoptar medidas para asegurar que cualquier persona física o jurídica que desarrolle, fabrique, transforme, trate, venda o importe productos de forma profesional, vea ampliada su responsabilidad como productor de residuos. Estas medidas pondrán incluir la aceptación de los productos devueltos y de los residuos que queden después de haber usado dichos productos, la subsiguiente gestión de los residuos, la responsabilidad financiera de estas actividades o la publicación de la información disponible sobre en qué medida el producto es reutilizable y reciclable.
 
Es de destacar el hecho de que se haya producido un acuerdo, que desde los sectores implicados se veía difícil, incluso en el tiempo, porque daba la sensación de que  acabaría el actual periodo de la presidencia eslovena sin llegar a una conclusión de este debate que ha durado muchos meses.

Para el director del ISR, -La Directiva probablemente adolezca de falta de precisión en los aspectos mas controvertidos, algo común en la mayoría de las directivas. Pero, por otra parte, parece ser el peaje imprescindible para poner de acuerdo a tres instituciones complejas, la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeos, y a 27 Estados miembros. Aún así, se puede considerar que -el acuerdo es bueno. Presenta novedades del máximo interés que establecerán un antes y un después de la publicación de esta directiva. Y es muy importante que la transposición de la Directiva a las legislaciones nacionales, y me refiero específicamente a la española, incorpore la precisión que falta para que sus efectos no se vean disminuidos.

Martínez Orgado, destaca el hecho de que la Directiva no permita -ir al vertido sin pasar por escalones anteriores en la jerarquía de actuaciones sobre el residuo. La llegada de un residuo al vertedero se considera la última solución posible.

Aunque en los últimos años se ha avanzado mucho en la gestión de residuos y se han ido quemando etapas, España todavía tiene un importante camino por recorrer, según Martínez Orgado, -para alcanzar los objetivos más ambiciosos marcados por la directiva de aquí a 12 años. La clave es lograr que los residuos comerciales, industriales y asimilables, entren en la cadena.
 
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