10/07/2006 - 12:35h

Kilovatios gallegos

La necesidad de producir más electricidad puede reforzar la economía gallega si las compañías que explotan los recursos del país cumplen aquí todas y cada una de sus obligaciones fiscales
De un tiempo acá, las compañías productoras de electricidad son noticia casi diaria. Endesa se convirtió en protagonista debido a la opa de Gas Natural, lo que concitó reacciones de todo tipo, incluso poíticas. Y ahora y aquí, en Galicia, el protagonismo se lo reparten Unión Fenosa y el subsector eólico, Pero ¿a qué viene este mar de palabras y gestos en torno a un sector cuya actividad pasaba casi desapercibida para la mayoría de los ciudadanos hasta hace apenas un lustro?

La energía ya es el sector que más influye en la economía, tanto en la macro como en la cotidiana. El encarecimiento del petróleo, el protocolo de Kioto y la actitud de la Casa Blanca (empeñada en que los grandes consorcios norteamericanos controlen el mayor número posible de campos petrolíferos) han multiplicado el calor de las empresas y territorios que producen electricidad, pues ésta es la sangre que alimenta el cuerpo de los países más industrializados.

La mayoría de los economistas coinciden, por un lado, en que la preeminencia del petróleo declina y, por otra banda, subrayan que el futuro de la industria e incluso del transporte dependerá cada vez más de producir electricidad y de hacerlo de la forma más limpia posible. Dicho de otro modo, ganan importancia las térmicas alimentadas con gas y las fuentes de energía renovables. Y ¿para qué negarlo?, también ganan crédito los partidarios de las nucleares, motivo por el que los países más dependientes de ese tipo de energía (EE.UU., Japón y Francia) han incrementado las inversiones en I+D para perfeccionar los sistemas de mantenimiento y seguridad de las nucleares. En este escenario, la periférica y habitualmente infravalorada Galicia reúne excelentes condiciones para consolidar y aumentar su peso como productora de electricidad.

Así las cosas, es inevitable que la producción de electricidad concite atenciones y alimente debates, especialmente en Galicia. Lo que resulta absurdo es que sea manipulado y se minimice lo esencial: ¿por qué las empresas que consumen recursos naturales no cumplen todas sus obligaciones fiscales en los territorios donde obtienen el grueso de sus beneficios? Visto el asunto desde Galicia y mirando al futuro sin resentimientos heredados, el mañana económico de los gallegos depende más de criterios como la racionalidad, la proporcionalidad y la equidad que de las compensaciones o de los subsidios.

La racionalidad, la proporcionalidad y la equidad económicas indican que los beneficios aquí producidos también deberían rentar aquí la mayoría de sus beneficios. En paralelo, está históricamente demostrado que las compensaciones y los subsidios carecen de futuro y que, por ende, dependen de decisiones adoptadas allende Pedrafita.

Nadie duda de que es legítimo que un inversor madrileño, catalán, vasco o tailandés extraiga beneficios con indenpendencia de que su empresa esté ubicada al lado de su casa o a diez mil kilómetros de distancia, pero es dificilmente justificable que esa empresa pague el grueso de sus impuestos fuera del territorio explotado.

Los debates permiten alcanzar las soluciones más convenientes para las partes. Pero los debates son estériles cuando dejan zonas oscuras y cuando evitan tocar la esencia de las cosas, máxime cuando se habla de economía. Yendo al grano: ¿acaso en España hay una ley no escrita que obligue a las grandes empresas a tener la sede y liquidar los impuestos societarios en Madrid?

Fuente: Felix Soria, La voz de Galicia mercados, 2 de Julio de 2006
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