La instalación está equipada con ocho pequeños aerogeneradores eólicos de 6 kw cada uno, que tienen que lidiar con una velocidad de 85 km/h, rachas invernales de hasta 320 km/h y temperaturas que llegan hasta los -60ºC. Los molinos proporcionan energía para la calefacción, los ordenadores, la iluminación y los instrumentos científicos de la estación. Adicionalmente, se ha instalado un equipo de solar térmica que proporciona agua caliente y varios módulos fotovoltaicos.
La base polar se erigió utilizando materiales ecológicos y combina la eficiencia energética con tecnologías de reciclado de desechos. Un equipo de hasta 20 científicos se dedicarán a estudiar el cambio climático desde aquí.