Justo cuando el cambio climático comenzaba a interesar a la opinión pública, su aparición sobre el escenario ha sido eclipsada por la economía global. Es una tentación dejar de lado las acciones contra el cambio climático para centrarse en la mejora de la crisis económica, pero esta crisis puede suponer una oportunidad para dar un golpe de timón y comenzara transitar por un camino sostenible.
Algunos países como Estados Unidos o Gran Bretaña ya han planeado invertir miles de millones de euros en frenar la recesión. Hay incluso un cierto grado de coordinación entre los líderes políticos mundiales; ésta es una buena oportunidad para unir esfuerzos y recursos y dirigirlos a crear una economía más verde.
Lo primero que debería hacerse es dejar de suministrar recursos a industrias que provocan cambio climático. Si debe gastarse dinero público para reactivar la economía, por qué no poner a los geólogos a buscar fuentes de energía geotérmica en lugar de petróleo? Invertir en energías renovables hoy es una forma de evitarnos elevados precios en el mercado energético el día de mañana, puesto que a pesar de que el precio del petróleo es relativamente barato hoy en día, podemos asegurar que eso cambiará en un futuro próximo.
Este momento también es auspicioso para proteger recursos naturales de gran valor. Si bajan los precios de los productos agrícolas, la presión sobre los bosques es menor, especialmente en países ricos en recursos naturales, tales como Indonesia o Brasil.
Otro aspecto que debería tenerse en cuenta es fomentar la eficiencia energética en todo el mundo. Pronto se acabará el petróleo, los precios subirán, y la eficiencia energética será una de las soluciones que deberemos aportar en esa situación. Éste podría ser un campo de creación de empleo, mejorando el aislamiento y la eficiencia energética de viejos edificios y fábricas; reparando las redes de agua potable de todo el mundo , detectando y tapando sus agujeros.
En tercer lugar, también es el momento de reformar los subsidios que reciben la electricidad y los combustibles en muchos países, y que lo único que hacen es fomentar el derroche y acelerar el cambio climático.
Una crisis puede suponer una gran oportunidad, depende de cómo la afrontemos; y en este caso, las consecuencias las vivirá todo el planeta.
Fuente: The Guardian, 16 de febrero de 2009