La Industria cárnica implica tráfico de comida, de animales vivos y de carne procesada. Un estudio sugiere que los costes medioambientales no están expresados en el precio que pagamos por la carne.
Según un estudio de la Unión Europea, el consumo de carne a nivel global se ha incrementado un 75% en 20 años; un 70% de los pollos y cerdos son criados de forma industrial. Los investigadores analizaron el impacto de la producción de carne en cuatro países con diferentes papeles en la industria: EEUU y Brasil (ambos exportadores de pienso y carne), Holanda (importadores de grano y exportadores de carne), y Japón (importadores de carne). También estimaron los costes del pienso, del ganado y de la carne utilizando datos de la ONU, y después calcularon el consumo de tres variables medioambientales: terreno, agua y nitrógeno. Descubrieron que los costes medioambientales no están incluídos en el el valor de mercado de las tres primeras variables (pienso, ganado y carne).