El agua embotellada no es más que agua potable, pero la fabricación de sus botellas y su transporte consume una cantidad ingente de energía en todo el mundo.
La realidad se encuentra muy dejos de los idílicos paisajes montañosos que suele vendernos la publicidad de agua embotellada. Su producción, embotellamiento y transporte le cuesta al medio ambiente millones de toneladas de petróleo en todo el mundo. Y además del coste de energía, produce también el problema de las botellas de plástico, que no suelen ser recicladas. Las botellas de plástico necesitan miles de años para degradarse.
Si consumes agua embotellada porque el agua pública de tu municipio no es de buena calidad, intenta comprarla en botellas de cristal y luego reciclar en envase; o aún mejor, cómprate un buen filtro para tu cocina; tú ahorrarás en agua embotellada y el medio ambiente ahorrará en basura.