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Investigadores alemanes del Instituto Fraunhofer trabajan actualmente sobre un generador termoeléctrico capaz de convertir el calor de los tubos de escape en electricidad. Este módulo permitiría abastecer los circuitos electrónicos del vehículo, reduciendo al mismo tiempo el consumo de combustible.

 

 

 

En el automóvil, se considera que dos tercios de la energía consumida se derrochan en forma de calor. Alrededor del 30% de esta energía es desarrollada por el bloque motriz, y del 30 al 35% por los gases de escape.

Es ahí donde entran en juego los generadores termoeléctricos (TEG). Estos dispositivos permiten convertir el calor en energía eléctrica utilizando la divergencia de temperatura. Mayor es la diferencia de temperatura, más el TEG producido de corriente eléctrica.

«Las temperaturas observadas en el tubo de escape pueden alcanzar 700 ºC o más», explica el Dr. Harald Böttner, jefe del departamento de sistemas termoeléctricos. «La diferencia de temperatura entre el tubo de escape y el tubo que transporta el líquido de enfriamiento del motor puede pues ser de varios centenares de grados celsius.»

El convertidor termoeléctrico obtiene beneficio de esta enorme diferencia: conducido por el flujo de calor entre los gases de escape calientes y el tubo frío del líquido de enfriamiento, el portador de carga atraviesa los semiconductores especiales, y produce una corriente similar a la de una batería.

A largo plazo, el generador podría abastecer todos los sistemas que consumen electricidad, cada vez más numeroso en los coches. «Será entonces posible reducir el consumo de combustible de un 5 a un 7%», considera Böttner.

Sobre 50 millones de vehículos declarados en Alemania, rodando 200 horas al año, 1 kW de potencia eléctrica resultante del calor del tubo de escape permitiría producir 10 TWh de electricidad cada año.

Los investigadores prevén la puesta a punto de los primeros prototipos muy pronto.