Los Juegos Olímpicos llegan a Turín, y esta vez son más ecológicos que nunca antes.
Las medidas de desarrollo sostenible tomadas en la construcción de los edificios necesarios para los Juegos Olímpicos 2006 son las más cuantiosas y metódicas aplicadas nunca en un evento de este tipo.
Algunas de ellas, son la instalación de energía solar térmica en todos los edificios de la Villa Olímpica, de forma que los deportistas participantes usen agua caliente generada únicamente mediante el calor del sol. Estos alojamientos tienen también un sistema de recogida de aguas pluviales. El 68% de los residuos generados serán reciclados, mientras que el 32% restante se usará como combustible.
En los entornos naturales donde ha sido necesario realizar obras, cada uno de los árboles despazados han sido replantado en otro emplazamiento, y todos los desplazamientos se realizarán con vehículos ecológicos.
No obstante, algunas organizaciones ecologistas han elevado sus críticas por algunos puntos con los que no están de acuerdo. Las objeciones se dirigen fundamentalmente hacia el pebetero donde arde la llama olímpica, llama que se calcula tendrá unos cuatro metros de altura y consumirá tres millones de metros cúbicos de gas en las menos de tres semanas que dura el evento, suficiente para suministrar energía a una población de 3.500 habitantes durante un año entero.
Por estos motivos, diferentes organizaciones de defensa medioambiental le dan un 'aprobado' a Turín 2006.