El acceso a la energía es una realidad que visibiliza la brecha entre ricos y pobres y las desigualdades sociales y económicas que esto supone y sus repercusiones. Al carecer de otro tipo de energía, los habitantes están obligados a usar velas y queroseno, que en casas de adobe y paja multiplican el riesgo de incendios, y leña para actividades tan básicas como cocinar, calentarse o poder disponer de iluminación. La quema de leña dentro del hogar contamina el aire interior y propicia la aparición de enfermedades oculares y de infecciones de las vías respiratorias agudas, que todos los años matan a más de un millón de niños menores de 5 años. El consumo de leña repercute directamente además en la deforestación, otro gran problema medioambiental, pues los bosques contribuyen a absorber parte de las emisiones de gases de efecto invernadero y protegen los suelos frente a la erosión, además de jugar un papel clave en el mantenimiento del ciclo del agua.
Los que más sufren esta gran carencia son generalmente pobres y residen en zonas rurales, donde muchas comunidades viven alejadas de las redes de distribución y las autoridades o las empresas competentes no siempre quieren asumir la inversión necesaria en infraestructura por no ser rentable económicamente. Esta realidad se da en El Salvador, país donde aún todavía un 24% de los hogares rurales no disponen de electricidad y un 13% usan queroseno, según datos de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples 2006. La demanda de leña para uso residencial supera la oferta sostenible y esto, sumado a otros factores, aumenta la deforestación a un promedio estimado de 4.500 hectáreas por año, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
INTERVIDA está apostando en este país por las energías renovables como una alternativa para satisfacer las necesidades más básicas de las familias, que contribuyen además, a cuidar el medio ambiente. En concreto, trabaja en proyectos con energía solar fotovoltaica para electrificar viviendas y escuelas, que actualmente están beneficiando a más de 150 familias y a más de 1.000 alumnos. Estos sistemas permiten disponer de luz, radio, televisión, y en caso de climatología adversa, tienen una autonomía de cinco días. En el caso de las escuelas, ahora es posible abrir turnos de clases nocturnas para adultos, así como la posibilidad de usar materiales audiovisuales y equipos informáticos.
Además, se están usando las energías renovables para suplir otras carencias energéticas no eléctricas en el ámbito doméstico. Así, por ejemplo se están llevando a cabo experiencias con la instalación de cocinas ahorradoras de leña, cocinas solares y biodigestores.
La instalación de cocinas ahorradoras de leña ayudan a paliar las infecciones respiratorias y oculares ya que se mejora la atmósfera de los hogares al mandar al exterior los humos a través de la chimenea y además conservan el calor de la combustión de la leña durante mucho más tiempo con lo que las familias pueden ahorrar hasta un 50% de leña.
Las cocinas solares, gracias a la luz solar y a unos materiales básicos y asequibles como cristal, plástico, papel de aluminio y una plancha negra, sirven para cocinar alimentos, pasteurizar agua, secar pescado o grano y esterilizar instrumentos, entre otros.
Por último la experiencia más novedosa va a ser la construcción de un biodigestor piloto para reciclar y transformar residuos orgánicos -como por ejemplo excrementos de animales y desechos vegetales- para producir gas (biogás) y fertilizantes.
Sobre INTERVIDA
INTERVIDA es una ONGD aconfesional, apartidista e independiente, con estatus consultivo especial en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. Su objetivo es contribuir al desarrollo humano y sostenible para que las poblaciones más vulnerables mejoren sus condiciones de vida. En la actualidad, INTERVIDA está presente en diferentes países de América Latina, África y Asia, dando apoyo a casi cinco millones de personas.