El consejo de administración de la Comisión de la Energía (CNE) ha metido el dedo en una de las llagas que más duele a las empresas eléctricas, especialmente a las que tienen más producción hidráulica (Iberdrola) y nuclear (Iberdrola y Endesa). El regulador aprobó ayer una adenda que incluirá en el informe sobre tarifas que ha remitido al Ministerio de Industria, en la que se calculan por primera vez los llamados beneficios llovidos del cielo (windfall profit) que reciben este tipo de tecnologías de producción debido al modelo de mercadomayorista de la electricidad (pool) de precios marginalistas que funciona en España.
Dicho sistema se traduce, en pocas palabras, en que la producción hidráulica, con coste variable casi cero, y la nuclear, con coste muy inferior al de los combustibles fósiles, se pagan al precio de la tecnología más cara casada en las subastas del pool eléctrico, esto es, el carbón y el gas.
El resultado del estudio, que supone una estimación para el último trimestre de 2008, habla por sí solo. El total de beneficios (diferencia entre costes e ingreso) que recibirán en dicho trimestre las centrales hidráulicas; nuclear; de carbón y los ciclos combinados de gas del parque eléctrico español asciende a casi 1.500 millones de euros. Y de estos, casi 1.100 millones se los llevaron el agua (565 millones) y las plantas atómicas (517 millones), lo que supone un 73% del beneficio total. Estos 1.100 millones trimestrales se transforman en 4.400 millones en el conjunto del año.