Ahora bien, para los consumidores medianos y los pequeños comercios, con una potencia contratada de entre 5 y 10 kilovatios, la subida será del 8,43%. El Ministerio de Industria español alega que no quiere menguar la competitividad de las grandes empresas (que contratan más de 10 kilovatios mensuales) en un momento de crisis.
Pero Mónica Caballero, del departamento jurídico de la OCUC, replica que no es un buen momento para aplicar ésta subida en un servicio básico. Reconoce que las eléctricas venden la energía por debajo del precio que les cuesta, pero que este déficit tarifario se tendría que ir corrigiendo gradualmente.
El Gobierno español también ha previsto una «tarifa social», para los clientes que tengan contratada una potencia inferior a los 3 kilovatios. Caballero también lo critica: «La tarifa no se tendría que aplicar según la potencia contratada, sino según la renta familiar». Es imposible, dice, que cualquier hogar de cinco personas pueda mantenerse con esta potencia, tanto si la renta supera el promedio, como si no. Contrariamente, una persona que viva sola y tenga una renta elevada podrá aprovecharse de una tarifa social que no le correspondería.
La vice-presidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, reconoció el viernes que los ciudadanos pagarían la luz más cara, pero que pagarían menos los que menos consumiesen, o que consumiesen planificadamente.
Factura mensual
Desde ahora el cliente recibirá la factura mensualmente, y no cada dos meses, porque, en caso de haber consumido demasiado, lo pueda corregir acto seguido.