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Con sus últimas declaraciones asegurando que los gobiernos español y francés habían cerrado un acuerdo tácito para el trazado de la interconexión eléctrica entre los dos países, el señor Ignasi Nieto, secretario de Energía del Gobierno central, ha perdido la poca credibilidad que le quedaba.
 

 

 

Tan solo dos días después, Sarkozy y Zapatero anunciaban en la Cumbre de París que no había ningún trazado consensuado y que tendríamos que esperar al 30 de junio para conocerlo, y una semana más tarde, el subdirector general de Planificación Energética del mismo Ministerio que Nieto desmintió, trató de relativizar el alcance de sus palabras diciendo que sólo expresaban la preferencia de Madrid. Lo cierto, pero, es que Nieto lo había anunciado con solemnidad y rotundidad.

No es la primera vez que Nieto hace declaraciones imprecisas, inoportunas e inapropiadas por su alto cargo, como cuando aseguró que por las comarcas gerundenses no pasaba ninguna línea de 400 kV o cuando dijo a los alcaldes del tramo ya decidido de la MAT (muy alta tensión) que si querían la línea soterrada se la tendrían que pagar de su bolsillo.

Pero en esta ocasión sus declaraciones envenenadas, a dos días vista de la Cumbre hispanofrancesa y con un claro objetivo intoxicador y manipulador, han adquirido una dimensión intolerable porque han provocado una grave alarma social en el territorio afectado.

La Plataforma No a la MAT, uno colectivo formado por más de 100 asociaciones y entidades civiles, considera una falta gravísima que una persona que ocupa un cargo de tanta responsabilidad provoque con sus mentiras intoxicadoras una inseguridad y un estado de angustia y de alarma social de consecuencias y perjuicios nefastos para la población directamente afectada por sus declaraciones.

El secretario de Energía es un peligro público que debe ser relevado inmediatamente de su cargo por el ministro de Industria, Joan Clos, que es quien lo propuso y responsable subsidiario en última instancia de la actuación política de la persona en quien depositó su confianza.

 

Girona, 25 de enero de 2008