Hace dos días casi toda Catalunya se cubrió de un manto blanco que, más allá de la problemática que supuso para el transporte, tuvo consecuencias inesperadas; el peso de la nieve consiguió tumbar varias líneas de alta tensión en el norte de Catalunya, en la provincia de Girona, y miles de personas han estado sin electricidad durante tres días.
En estos casos, en los que no disponemos de electricidad, es cuando realmente nos podemos dar cuenta del poco valor que le damos al suministro fiable de energía. El diseño centralizado del suministro eléctrico, que depende como vemos de vías centralizadas de transporte de la energía, y que resultan frágiles ante las inclemencias del tiempo o ante imprevisibles conflictos violentos, nos hace dependientes absolutamente del exterior a la hora de consumir energía, cuando realmente existe la posibilidad de producirla de forma sostenible, ecológica, limpia y local mediante las energías renovables.
Esto es lo que ocurre cuando falla el suministro eléctrico: no tienes despertador, ni café, ni tostadas, ni agua caliente para ducharte (porque la bomba hidráulica que mueve el agua necesita electricidad), ni calefacción (porque la caldera necesita electricidad), ni iluminación ni, en algunas ocasiones, comida caliente, porque hay quien utiliza vitrocerámica. Por supuesto, ni hablar del microondas, que también usa electricidad. Y no cuentes con matar el tiempo con la tele o el ordenador si la cosa está tan mal que no puedes ir a trabajar, porque también dependes de la electricidad para que funcionen.
Lo único que se puede hacer sin electricidad es compartir batallitas con la familia, compañeros de piso, pareja o vecinos, a la luz de una vela y bien abrigados para combatir el frío. Como nuestros abuelos/bisabuelos, aunque nuestros abuelos estaban mejor pertrechados que nosotros para estas lindes, dado que nunca tuvieron que lidiar con estas circunstancias; la mayor parte carecían de electricidad siempre, por lo que se aprovechaba la biomasa para calentar y cocinar.
Ya es hora que desde las instituciones comience a fomentarse un sistema de generación de energía más descentralizado y sostenible, que aproveche al máximo los recursos energéticos locales, tales como la biomasa, la eólica o la fotovoltaica para producir electricidad y calefacción limpia.
Las opciones principales son la producción de energía comunitaria, por ejemplo mediante molinos eólicos o instalaciones minihidraúlicas para centros urbanos pequeños, siempre en función del tipo de energía más abundante en la zona. Y la producción de energía y eficiencia energética a nivel doméstico, en el que como usuarios podemos también aprovechar al máximos las fuentes de energía renovables.
¿ Qué podemos hacer como individuos para evitar el problema del fallo en el suministro ?