El nuevo sistema de etiquetado de la electricidad, de cuyo funcionamiento se encarga la CNE, obliga a los suministradores a incorporar en la factura de la luz información acerca de las distintas fuentes de energía utilizadas para crear la electricidad consumida.
Esta nueva 'denominación de origen' de la luz también incluirá el CO2 emitido por el 'mix' de origen y los residuos radiactivos de la fuente nuclear utilizada. De forma paralela, se desarrolla un sistema de garantía de origen mediante el cual los consumidores podrán acreditar ante terceros que consumen energía 'verde', lo que les permitirá beneficiarse de servicios de alta eficiencia.
La presidenta del regulador hizo estas consideraciones a propósito de la nueva directiva sobre renovables de la UE. El papel de la CNE en este ámbito, señaló, es "aplicar de forma diligente el marco normativo".
En todo caso, Costa sostuvo, en alusión a los cambios normativos en España, que "la estabilidad regulatoria y jurídica es fundamental". "Es precisa una regulación lo más cuidadosa posible para ser lo más eficiente posible".
Por otro lado, se mostró favorable a que el sistema destine mejores primas a las fuentes energéticas que se encuentran en "fase de aprendizaje", y estimó que el sobrecoste en la remuneración descenderá conforme mejore la curva de aprendizaje de las nuevas tecnologías.
Los precios del mercado no siempre "capturan los costes" asociados con el desarrollo de fuentes renovables, aunque "la remuneración intenta dibujar un escenario futuro en el que las externalidades vayan desapareciendo", añadió.
Más información: