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Estos datos los dio el secretario general de Energía, Ignasi Nieto, la pasada semana durante la inauguración de la II Asamblea General de la Red Científico Tecnológica del Sector Eólico REOLTEC.

Durante el acto, Nieto destacó el papel de la eólica en España, que “ya cubre más del 8% de la demanda y que en 2016 debería cubrir el 17”.

Nieto también puso el acento en la reducción de costes de instalación de este sector, y para ello recordó que desde la primera instalación eólica en el municipio de Roses a principios de los 90, los costes se han reducido más de seis veces, desde unos 40 céntimos por KWh hasta los casi 8 céntimos actuales.

En este sentido, el secretario de Energía vaticinó que "a mediados o finales de la próxima década, las energías renovables podrán competir sin primas".

Traducido en potencia instalada, el gobierno se ha marcado como objetivo que la eólica aporte 20.155 MW en el año 2010, 35.000 MW en 2020 y 44.000 MW en 2030 (de los cuales, 8.000 sean marinos). Actualmente, la potencia eólica instalada en España no llega a los 12.000 MW.

Para poder llegar a cumplir esta previsión, habría que casi duplicar la potencia actual en tan sólo 2 años. Además, entre 2010 y 2020 se tendrían que instalar 1484 MW anuales, y entre 2020 y 2030, unos 900 MW anuales.

Se espera que la evolución en la tecnología y las investigaciones haga posible, por una parte reducir los costes, pero a la vez también aumentar la eficiencia de los aparatos instalados. De hecho, la mayoría de los aerogeneradores existentes actualmente son de 1 y 2 MW, pero ya se empiezan a colocar de más de 4 MW y vaticinan que de aquí 10 años los aerogeneradores superen los 10 MW.

En este sector, el punto de mira de muchos está situado en las instalaciones eólicas ’offshore’ o marinas.

La gran ventaja que presentan es que se ubican en enclaves con condiciones meteorológicas muy beneficiosas, debido a la gran cantidad y constancia del viento.

Pero, por contra, el gran inconveniente son los altos costes de instalación, ya que se trata de proyectos complejos que requieren de la construcción de una plataforma sobre el mar que sostenga los aerogeneradores (elemento innecesario en la eólica terrestre). Además, la salinidad del agua implica un mantenimiento más constante y complejo.

Según cálculos de Acciona, el coste de la eólica marina se sitúa entre los 2,4 y 3 millones de euros el MW, mientras que el de la terrestre ronda los 1,2 millones.