21/05/2008 - 13:00h

Asturias quintuplicará su potencia eólica para el 2015

Energía eólica.Asturias tiene once parques eólicos en funcionamiento, que suman 278 megavatios de potencia, y en 2015 casi se habrá quintuplicado esa capacidad de generar electricidad aprovechando el viento con los proyectos que ya están autorizados y los nuevos que se activarán próximamente a raíz del final de la moratoria que desde 2001 ha limitado la tramitación de nuevas solicitudes de las empresas, según informaciones de La Nueva España.

 

Esa estimación, fundamentada en las previsiones del Gobierno regional y de las compañías eléctricas, hará que Asturias añada a su ya potente negocio del kilovatio notables producciones eólicas, equivalentes a la luz necesaria para cubrir los consumos domésticos de una población de unos dos millones de personas.
 
La industria eólica ha estimado que, con el final de la referida moratoria, los molinos de viento llegarán a sumar unos 1.300 megavatios de potencia en el plazo de siete años. Según datos de la Consejería de Industria, se calcula también que los parques eólicos en Asturias pueden tener un funcionamiento medio de 2.500 horas anuales. La combinación de la potencia instalada y de esa expectativa de actividad supone que, hacia 2015, los molinos asturianos generarán anualmente en torno a 3.250 gigavatios (millones de kilovatios). Viene a ser tanta electricidad como el doble de la que para usos domésticos se consumió en la región durante el año pasado (1.512 gigavatios, según datos de las empresas suministradoras recopilados por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales, SADEI). Y la mayoría de esa producción, como ocurre con la generada por las actuales térmicas de carbón, será evacuada hacia otras regiones.

Es una aproximación a la envergadura de un desarrollo eólico amparado por la Administración asturiana, considerado excesivo por los movimientos ecologistas y que ha suscitado reacciones a favor y en contra en los territorios donde se levantan los aerogeneradores. Algunos de los principales aspectos económicos y energéticos de ese negocio se resumen a continuación.

La inversión
 
Las empresas invertirán en parques eólicos en Asturias hasta 2015 del orden de 1.000 millones de euros entre proyectos para instalar aerogeneradores en nuevos emplazamientos -la gran mayoría en el occidente asturiano- y ampliaciones o repotenciaciones (sustitución de las máquinas actuales por otras más potentes) de los complejos ya existentes.

La mayor parte de la inversión corresponde al coste de los aerogeneradores, cada vez más potentes. En Asturias ya han comenzado a instalarse torres eólicas de 2 megavatios, de las mayores que para parques convencionales están en el mercado. Esos «gigantes» funcionan ya en el alto de Abara, entre el Franco y Coaña, y están siendo instalados en los complejos que Terranova-Cesa y E.On-Northeolic tienen en obras en Villanueva de Oscos y en Tineo.
 
Las empresas
 
Neo Energía, filial de Hidrocantábrico, es ahora la compañía que más rentabiliza los vientos del Occidente, los más favorables para la producción eólica. Neo tiene cinco de los once parques que están en funcionamiento y otros proyectos en tramitación. Otros grandes del sector -Acciona, Iberdrola, Endesa E.On- ya tienen intereses en el negocio eólico regional o están preparando proyectos ante el final de la moratoria.

El Principado espera un número importante de solicitudes para nuevos parques o ampliaciones de los actuales y la Asociación Eólica del Principado, que reúne a las empresas promotoras, prevé que los montes del Occidente vuelvan a concentrar las peticiones, aunque hay empresas que también quieren poner aerogeneradores en las Cuencas. Es el caso de Endesa, que promueve varios parques en sociedad con Hunosa. 
 
Generar empleo
 
Como ocurrirá con otras inversiones en infraestructuras energéticas que se ejecutarán en Asturias (regasificadora, centrales de gas...), el impacto en el empleo por la instalación de parques eólicos puede ser relevante durante la fase de construcción y limitado después. De acuerdo con una metodología avalada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), las obras para instalar 1.000 megavatios de potencia eólica suponen unos 3.000 puestos de trabajo temporales de las contratas que intervienen en las operaciones.

Según las mismas cuentas, se contribuye además al sostenimiento de bastantes más indirectos, como los de las empresas suministradoras de los componentes de las torres eólicas y otras vinculadas al sector eléctrico. En Asturias, varias compañías hacen negocio con el sector eólico. El caso más relevante es el del Grupo Daniel Alonso, que en 2007 selló una alianza para hacer torres con Gamesa, líder español de la fabricación de aerogeneradores y uno de los principales productores mundiales.

Acabadas las obras, el empleo directo que genera un parque eólico es sustancialmente inferior. Los expertos calculan que se crea un puesto de trabajo por cada 5 megavatios instalados. Si se cumple el plan eólico regional como está previsto, en Asturias la energía del viento daría trabajo de manera estable, para la operación y mantenimiento de los complejos, a unas 260 personas.

Los impuestos
 
Aunque no en todos los casos, el dinero que aportan en impuestos y por otros conceptos los parques de aerogeneración han abierto las puertas de los ayuntamientos a los promotores. Las empresas suelen firmar convenios con las corporaciones locales y abonar un canon cuando instalan los aerogeneradores en montes de utilidad pública.

Los concejos reciben además otros ingresos a través del Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Según algunos casos consultados, la aportación por el IAE viene a suponer entre 600 y 800 euros al año por cada megavatio instalado. Las compañías están obligadas a tributar también por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Están calificados como «bienes de características especiales» y su tratamiento fiscal ha registrado una variación de alcance: a raíz de una sentencia reciente, los parques eólicos pueden verse obligados a pagar el triple que ahora por el IBI.

Los parques también obtienen dinero público. Las producciones eólicas, por su condición renovable, reciben una prima con cargo a la tarifa eléctrica y salen beneficiadas por el funcionamiento del mercado mayorista del kilovatio.

El CO2
 
Las empresas promotoras suelen destacar al exponer en público sus proyectos eólicos la importancia de la producción y el número de personas que podrían abastecerse de electricidad. También las toneladas de CO2, gas responsable del cambio climático, que se evitan, porque cuando funciona un molino se está reduciendo la generación con combustibles fósiles como el carbón o el gas. El Principado ha estimado que, hacia 2010, los molinos asturianos «evitarán la emisión de más de 2 millones de toneladas de CO2 al año». Aunque la seguridad del suministro exigirá que las térmicas sigan funcionando, porque el viento no siempre sopla.
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