A menudo, la producción de energía es muy poco eficiente, porque los procesos de producción se diseñaron en momentos de abundancia energética, lejos de los horizontes de cambio climático y escasez en las fuentes de energía que prevemos ahora.
Por este motivo, muchas veces los procesos de producción energética podrían ser mucho más eficientes de lo que son ahora. Es el caso de las calderas, por ejemplo, que emiten humos a veces a varios cientos de grados centígrados, un verdadero dispendio que consume un combustible que nos cuesta dinero. Existen ya marcas de calderas que aprovechan ese calor para la calefacción y emiten el humo a una temperatura mucho más baja.
Otro ejemplo es la generación de electricidad mediante combustión. Se quema un combustible para producir electricidad, pero no se desaprovecha el calor generado. Los procesos de cogeneración, tanto doméstica como industrial, aprovechan este calor residual para calefacción -como es el caso de la cogeneración doméstica- o para procesos industriales que lo requieren.
Dentro de las renovables también ocurre. Varias veces durante los últimos meses han tenido que ser desconectados decenas de aerogeneradores de la red eléctrica española por un exceso de producción, perdiéndose toda esa electricidad limpia.
Pero los ingenieros y expertos del sector no están perdiendo el tiempo y ya están ideando métodos para aprovechar al máximo cada kWh de energía; el tiempo del derroche ya acabó.
La expresión máxima de este cambio se podrá apreciar en las grandes centrales productoras de energía. Una opción que se plantea para los parques eólicos, por ejemplo es la acumulación del superávit de electricidad aprovechándola para producir hidrógeno -que sirve como combustible- . En Alemania se ha instalado recientemente en la población de Uckermark una central que combina diversos sistemas para producir electricidad con la mayor eficiencia posible. Dispone de varios aerogeneradores de alta potencia y de una central de producción de biogás -renovable en la que Alemania cobra cada vez más importancia-. Los superávits de electricidad serán usados para generar hidrógeno, y cuando no sople el viento, este hidrógeno y el biogás serán utilizados mediante cogeneración para producir calor y electricidad. El calor será usado para proporcionar calefacción a trescientas viviendas de los alrededores.