Este último es el caso de los ayuntamientos turolenses de Bordón y Castellote, que se quejan de los 100 aerogeneradores que recolectan energía eólica en los municipios castellonenses de Forcall, Todolella y Olocau del Rey, limítrofes con Teruel.
Al parecer pedirán indemnizaciones económicas al gobierno regional por el impacto paisajístico y sonoro que causan las turbinas eólicas.
Según se dio a conocer, los ayuntamientos se han quejado en diversas oportunidades y no han tenido respuesta, por lo que iniciarán un juicio en el que pedirán compensaciones que oscilan entre los 115.000 y los 120.000 euros anuales por el ruido que producen los aerogeneradores cuando están en producción.
El parque eólico en cuestión se encuentra a menos de 100 metros del límite entre Castellón y Teruel, y dicen que los vecinos “oyen el zumbido que producen las aspas”. También se quejan de que el paisaje se ha modificado y que se ha alterado el comportamiento de la fauna autóctona y se ha producido impacto sobre los campos agrícolas, sobre todo, por la sombra que generan las aspas y las torres.
Se comprende la queja, ya que los viejos aerogeneradores eran ruidosos, no los nuevos modelos que ya han resuelto todos los problemas que se les achacan, incluso los concernientes al peligro para las aves, el único problema que no se ha podido resolver es el estético, ya que si a alguien no le gusta, no le gusta, no hay caso. Pero el tema de la sombra es un poco exagerado, creo que estos municipios buscan una compensación, y la buscarán hasta que hayan instalado ellos su propio parque eólico y ahí no tendrán más excusa para protestar.