8/05/2019 - 07:00h

¿Debemos convertir el desierto del Sahara en un enorme parque solar?

Sol desierto SaharaEl Sahara sorprende por lo soleado y caluroso que es y lo claro que puede ser el cielo. Aparte de unos pocos oasis hay poca vegetación, y la mayor parte del desierto más grande del mundo está cubierta de rocas, arena y dunas de arena. Por lo tanto, el sol del Sahara es lo suficientemente poderoso como para proporcionar a la Tierra una energía solar significativa.

Las estadísticas son alucinantes. Si el desierto fuera un país, sería el quinto más grande del mundo: es más grande que Brasil y ligeramente más pequeño que China y Estados Unidos.

El potencial energético del desierto del Sahara

Cada metro cuadrado recibe, en promedio, entre 2,000 y 3,000 kilovatios / hora de energía solar por año, según los cálculos de la NASA. Dado que el Sahara cubre aproximadamente 9m km2, eso significa que la energía total disponible, es decir, si cada pulgada del desierto absorbiera cada ápice de energía del sol serian más de 22 mil millones de gigawatts hora (GWh) por año.

De nuevo, este es un gran número que requiere algún contexto: significa que un hipotético parque solar que cubriera todo el desierto produciría 2.000 veces más energía que incluso las centrales eléctricas más grandes del mundo, que generan apenas 100.000 GWh por año. De hecho, su producción sería equivalente a más de 36 mil millones de barriles de petróleo por día, es decir, alrededor de cinco barriles por persona por día. En este escenario, el Sahara podría potencialmente producir más de 7.000 veces los requisitos de electricidad de Europa, casi sin emisiones de carbono.

Además, el Sahara también tiene la ventaja de estar muy cerca de Europa. La distancia más corta entre el norte de África y Europa es de tan solo 15 km en el estrecho de Gibraltar. Pero incluso distancias mucho más largas, a lo largo del ancho principal del Mediterráneo, son perfectamente prácticas; después de todo, el cable de energía submarina más largo del mundo se extiende durante casi 600 km entre Noruega y los Países Bajos.

irradiación horizontal global
Irradiación horizontal global

Durante la última década, más o menos, los científicos han estado analizando cómo la energía solar del desierto podría satisfacer la creciente demanda de energía local y, eventualmente, alimentar a Europa tambien; y cómo esto se podría llevar a la práctica. Estas perspectivas académicas se han traducido en planes serios. El intento más ambicioso fue Desertec, un proyecto anunciado en 2009 que rápidamente adquirió gran cantidad de fondos de varios bancos y empresas energéticas antes de colapsar debido a la retirada de la mayoría de los inversores cinco años después, citando los altos costos. Dichos proyectos se ven frenados por una variedad de factores políticos, comerciales y sociales, incluida la falta de un rápido desarrollo en la región.

Las propuestas más recientes incluyen el proyecto TuNur en Túnez, que apunta a abastecer a más de 2 millones de hogares europeos, o la planta de energía solar del complejo Noor en Marruecos, que también apunta a exportar energía a Europa.

Dos tecnologías posibles para aprovechar la energía solar abundante

Hay dos tecnologías prácticas en este momento para generar electricidad solar en este contexto: central térmica solar (CSP o Energía Solar de Concentración) y los regulares paneles solares fotovoltaicos. Cada uno tiene sus ventajas y desventajas.

Las centrales termosolares utilizan lentes o espejos para enfocar la energía del sol en un punto, que se vuelve increíblemente caliente. Este calor genera electricidad a través de turbinas de vapor convencionales. Algunos sistemas utilizan sal fundida para almacenar energía, lo que permite que la electricidad también se produzca de noche.

Las centrales térmicas solares parecen ser más adecuadas para el Sahara debido al sol directo, la ausencia de nubes y las altas temperaturas, lo que lo hace más eficiente. Sin embargo, las lentes y los espejos podrían estar cubiertos por tormentas de arena, y dificultar los sistemas de calentamiento de turbinas y vapor dada su complejidad tecnológica. Pero el inconveniente más importante esta tecnología es su uso de recursos hídricos, que en el lugar resultan escasos.

Los paneles solares fotovoltaicos, en cambio, convierten la energía del sol directamente en electricidad mediante semiconductores. Es el tipo más común de energía solar, ya que puede conectarse a la red o distribuirse para uso a pequeña escala en edificios individuales. Además, proporciona un rendimiento razonable en tiempo nublado.

Pero uno de los inconvenientes es que cuando los paneles se calientan demasiado, su eficiencia disminuye. Esto no es ideal en una parte del mundo donde las temperaturas en la época estival pueden superar fácilmente los 45 ? en la sombra, más aún si consideramos que la demanda de energía para el aire acondicionado es más fuerte durante las horas más calurosas del día. Otro problema es que las tormentas de arena podrían cubrir los paneles, reduciendo aún más su eficiencia.

Ambas tecnologías pueden necesitar cierta cantidad de agua para limpiar los espejos y los paneles según el clima, lo que también hace que el agua sea un factor importante a considerar. La mayoría de los investigadores sugieren integrar las dos tecnologías principales para desarrollar un sistema híbrido.

Tan solo una pequeña porción del Sahara bastaría para producir tanta energía como lo hace todo el continente africano en la actualidad. A medida que la tecnología solar mejore, las cosas serán más baratas y más eficientes. El Sahara puede ser inhóspito para la mayoría de las plantas y animales, pero podría dar vida a la energía sostenible en todo el norte de África, y más allá.

Este artículo se ha publicado de The Conversation bajo una licencia de Creative Commons. Lea el artículo original de Amin Al-Habaibeh, .

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