3/05/2007 - 08:30h

El Sol, como desinfectante del agua natural para los países pobres

Uno de los desafíos principales actuales es la crisis del agua, debido a la carencia del agua potable limpia. Debido a ello, los investigadores europeos están introduciendo un método simple y práctico para desinfectar el agua de bacterias y de enfermedades, que es usando el Sol.
En una pequeña comunidad Maasai, situada cerca de la frontera entre Kenia y Tanzania, la fuente de agua potable más cercana puede estar a una hora de camino a pie. Pero no se trata de agua de buena calidad, sino de agua algo fangosa que contiene animales pequeños, larvas de insectos y bacterias. Los aldeanos ponen el agua en botellas  de plástico y las colocan en las azoteas de las chozas durante 4 o 6 horas. El calor y los rayos ultravioletas del Sol desactivan las bacterias. Transcurrido este tiempo, el agua está lista para ser ingerida, con un riesgo mucho menor de infección.

El método solar de la desinfección tiene varias ventajas sobre otras técnicas, como por ejemplo, la económica, ya que en la desinfección con cloro hay que costear las tabletas y en la filtración hay que pagar los filtros; por otra parte, se ahorra tiempo respecto al hecho de tener que hervir el agua (y en algunas áreas de países en vías de desarrollo la tala de madera no se permite por razones ambientales). Este método ha demostrado ser el más eficaz, puesto que los aldeanos no poseen los medios requeridos para la desinfección con cloro o la filtración.

El agua se debe entonces consumir en el plazo de 24 a 48 horas, si no las bacterias que han sobrevivido podrían reactivarse. En los lugares donde se ha implantado esta técnica, los médicos han detectado una reducción drástica de las enfermedades; después de los primeros tres años, los casos de la diarrea habían disminuido un 20%.

ICROSS, la organización que introdujo esta técnica en Kenia hace más de una década, pretende ponerla en práctica en todo el mundo en una escala más grande y más sofisticada, pero para ello hace falta desarrollar la tecnología con un coste bajo.

El compuesto solar más grande de la investigación del mundo (CIEMAT-PSA) está en Almería. Aquí, los investigadores europeos están estudiando cómo la radiación solar se puede utilizar para desinfectar bacterias que llevan del agua; se trata del proyecto llamado SODISWATER, que cuenta con un presupuesto de 2 millones de euros, financiados por la Unión Europea.

Los investigadores han observado que los fotones UV esterilizan el agua dañando las membranas de la célula de las bacterias y el ADN de las células. Además, la capacidad de defensa de la célula contra el efecto perjudicial de los rayos UV se debilita a medida que la temperatura del agua aumenta con el Sol.

Los investigadores españoles han desarrollado un reactor de agua de 1 m2, capaz de esterilizar 50 litros a la vez. El reactor es más complejo y costoso que una botella de plástico, pero reduce drásticamente el tiempo de transformación, a la vez que los rayos solares actúan más eficientemente. El reactor permite que en 90 minutos se desactive la bacteria E. coli, causante de la gastroenteritis.

Alrededor 40.000 personas en Kenia utilizan la exposición solar para la desinfección del agua. La técnica se está distribuyendo actualmente en Zimbabwe, Suráfrica y Camboya. Y es que la desinfección solar del agua tiene un potencial enorme, mejorando la salud pública de aquellos países donde sólo unos pocos afortunados tienen acceso al agua potable; pero además podría aplicarse en campos de refugiados, zonas de desastres naturales y zonas de guerra.
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