11/03/2008 - 09:15h

Erpasa obtiene la patente para un sistema de generación fotovoltaica en el medio acuático

Las huertas fotovoltaicas del litoral mediterráneo ya tienen su réplica en el medio acuático. Con el objetivo de innovar en el mercado de las energías alternativas, la empresa asturiana Energías Renovables del Principado (Erpasa) ha creado un nuevo sistema de aprovechamiento de energía solar fotovoltaica para el medio acuático, que acaba de ser patentado bajo la denominación «aQüatil». Se trata de una serie de plataformas flotantes sobre las que se sitúan los módulos de captación de energía solar.
 
Aunque no se descarta su ubicación en zonas tranquilas de alta mar, en principio el proyecto está pensado para pantanos, embalses y balsas de regadío, hasta ahora consideradas todas ellas como una superficie inútil para el aprovechamiento de la energía fotovoltaica. El coste de la instalación es igual o inferior al de los paneles ubicados en tierra y tiene la ventaja de eliminar los problemas que acompañan a estas instalaciones, al ser de obligado cumplimiento la adquisición del suelo donde se asientan los paneles.
 

La energía obtenida por este sistema se empleará para conexiones a red y se espera que con esta patente se pueda relanzar el mercado de las energías renovables en Asturias, donde también sería posible la instalación de módulos fotovoltaicos sobre plataformas flotantes, aunque por el momento la legislación vigente impide su emplazamiento sobre pantanos. El negocio está enfocado principalmente hacia la zona de Levante español, donde existe una mayor radiación solar. El primer prototipo se ha diseñado para balsas de regadío en Murcia, tal y como se explicó durante la presentación realizada en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón.

El responsable del proyecto, el ingeniero industrial Omar González, explica que se trata de una «novedad mundial» por emplazar sobre una superficie acuática el sistema tradicional de aprovechamiento de la energía solar. Permite una instalación modulable y adaptable a las necesidades del cliente. Se presenta en unidades de 10 metros de largo y 2,5 metros de ancho, que se pueden sumar sobre una plataforma matriz de mayores dimensiones en función de la superficie a cubrir. El sistema va anclado al fondo mediante una zapata neumática rellena de hormigón. La base de la plataforma es de acero galvanizado y la flotación se consigue mediante tubos de polietileno. En superficie se colocan finalmente los paneles fotovoltaicos. El cable que sale hacia el centro de transformación de energía se lleva a tierra mediante un sistema de boyas que sirve también como señal de balizamiento.

Los creadores de «aQüatil» lo definen como «una inversión de futuro» para fomentar el uso de las energías renovables con el único equipo patentado a nivel mundial. Y citan como ventajas el ahorro en sistemas de seguridad, frente a los paneles instalados en tierra que son sustraídos con facilidad, evitando los costes añadidos de adquisición de terrenos. Además, el medio acuático elimina la problemática de sombras que acompaña a los sistemas en tierra.

En el caso de las balsas de regadío, se evita la evaporación del agua y se consigue reducir la proliferación de materia orgánica en las mismas. Este tipo de sistemas de almacenamiento de agua ocupa una superficie total de 5.000 hectáreas en España, el equivalente a 6.000 campos de fútbol, que sería factible de ocupar por estos sistemas de energía solar fotovoltaica.

El presidente de Erpasa, Luis Prada, ve esta nueva patente como un paso adelante en el mercado de las energías renovables. El responsable de la empresa considera que la energía solar es una fuente inagotable que por el momento no está suficientemente aprovechada. La empresa está realizando una apuesta fuerte para que el uso de estas energías sea rentable, poniendo a disposición del cliente recursos energéticos suficientes y limpios para el medio ambiente, a la vista del previsible agotamiento de los recursos fósiles, cuya utilización provoca mayores daños ambientales. «En Erpasa nuestro mayor valor para seguir creando es la ilusión de trabajar para combatir el cambio climático, que es un gran desafío pero también una oportunidad», subraya Prada.

En 2006, la empresa suministró el 8 por ciento de la potencia total fotovoltaica instalada en España y obtuvo un beneficio bruto de 17 millones de euros. El año pasado el volumen de ventas por esta misma actividad ascendió hasta los 30 millones. Para el presente ejercicio ya se han cerrado operaciones para una potencia total de 42 megavatios.
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