Según los científicos, pequeñas naves podrían navegar por el espacio exterior utilizando únicamente energía solar gracias a la ausencia de fricción, con lo que se podrían alcanzar velocidades de miles de km por hora.
Dentro de tres semanas, un cohete de Mitsubishi lanzará al espacio el satélite desde la isla de Tanegashima. El aparato, denominado Ikaros, pasará algunas semanas adoptando la posición adecuada, y posteriormente desplegará una vela solar de 20 m. Durante los siguientes 6 meses, Ikaros comenzará su viaje hacia Venus, conducido únicamente por energía solar.
Si funciona, será un gran triunfo. La energía solar fotovoltaica se ha usado desde los años 60 para alimentar a los satélites, pero éstos están en órbita, no navegan por el espacio exterior. Otras agencias espaciales han conseguido desplegar velas solares en el espacio, pero no se ha conseguido todavía la propulsión.
El nombre del aparato deriva de Ícaro, un personaje mitológico del mundo grecorromano que intentó volar para alcanzar el Sol muriendo en el intento.
La Agencia Aeroespacial Nipona asegura que este nombre es un acrónimo para Inerplanetary Kite-craft Accelerated by Radiation of the Sun. Una versión más grande de esta nave podría volar a miles de km. por hora sin ningún otro tipo de combustible. Una vela de kilómetro y medio cuadrado podía transportar un aparato de este tipo a través de todo el sistema solar en sólo cinco años. Esto es posible debido a que no existe resistencia en el espacio exterior, al contrario de lo que ocurre en nuestra atmósfera. De hecho, sobre el papel, si se pudiese lanzar luz láser sobre la vela, se alcanzarían velocidades de hasta 750.000 km/hora.
El experimento japonés quiere comprobar la eficiencia y velocidad alcanzada mediante esta forma de propulsión, así como la capacidad de controlar la nave movida mediante energíi solar.
La vela tiene un grosor de 32,5 micras. La electricidad generada por la vela ioniza gas que combustiona y propulsa la nave; es un método ya utilizado en la propulsión de los satélites convencionales.
Arthur C. Clarke, ya imaginó en su novela The Last Theorem carreras de yates solares hasta la luna. Este escritor es bien conocido por haber escrito The Sentinel, novela que sirvió como base para la película 2001: A Space Odyssey. También es conocido por producir visiones de futuro que posteriormente se han cumplido, como por ejemplo los satélites de comunicaciones, para los que propuso situarlos en órbita alredor del Ecuador.
The Times
Agencia Aeroespacial de Japón
CBS
Pradvda
El Corriere della Sera
Radio Programas del Perú