1/07/2006 - 10:00h

La encrucijada energética

Valeriano Ruiz Hernández, catedrático de Termodinámica de la Escuela Superior de Ingeniería de Sevilla y Director del Instituto Andaluz de Energías Renovables, analiza en este artículo las consecuencias del actual modelo energético y las alternativas de que disponemos, especialmente en el campo de la energía solar.
La sociedad española actual, ahíta de consumismo, está degradando masivamente los recursos naturales, propios y de otras zonas del planeta. Esto es particularmente cierto en el caso de la energía y nos está llevadno a una encrucijada de la que parece que no sabemos salir.

Los altos precios crecientes del petróleo, el riesgo de fallos en los suministros de las fuentes energéticas convencionales, el alto nivel de dependencia energética (más deñ 90%), los excesos en el consumo que llevan a inclumplimientos del protocolo de Kyoto y el alto nivel de la intensidad energética consecuencia de la baja eficiencia energética de nuestro sistema económico nos hacenpensar que la sociedad española acutal no se toma en serio los pronblemas del sistema energético aunque, poco a poco van apareciendo signos tímidos de concienciación limitada, junto a otros de insolidaridad e irresponsabilidad. En definitva, que nos encontramos en una encrucijada energética porque son necesarias medidas que no acaban de tomarse.

Demos un repaso a algunos de los aspectos más significativos de lo negativo y también a las medidas que se van tomando.

En el subsistema de combustibles derivados del petróleo, la presión del aumento de consumo de China e India, que tienen el mismo derecho que nosotros a disponer de coches y otros medios de transporte ávidos de estos productos fuertemente contaminantes, junto al agotamiento d elas materias primas y a las inseguridades políticas de las zonas que tienen los recursos, nos están lelvando a una escalada de precios y, sobre todo, a un visible riesgo para la seguridad del suministro. Los consumidores no parecen darse cuenta de esta situación y seguimos derrochando irresponsablemente estos productos.

A corto plazo la única solución que se vislumbra es la sustitución paulatina de estos carburantes de origen fósil por otros de origen vegetal. Son los llamados biocarburantes que se obtienen de aceites vegetales -el biogasóleo- y de excedentes cereales; de tubérculos a almidonados o azucarados (remolacha azucarera) e incluso de sustancias vegetales celulólsicas. En cualquier caso, ya se están tomando medidas adecuadas por parte de la Unión Europea y por parte del Gobierno, con retos más o menos atrevidos -5,75% para el año 2010-, y con ajustes fiscales que hagan rentable para los inversores el incorporarse al mercado y a los usuarios no les resulten más costosos.

En la práctica, las estaciones de servicio que ya suministran biogasóleo -más de 100 en toda España- lo hacen al mismo precio final que el gasóleo tradicional. A más largo plazo se vislumbran otras soluciones más sugerentes pero que, por ahora, no acaban de alcanzar el mercado, aunque sí estan disponibles tecnológicamente. Me refiero sobre todo a las pilas de combustible alimentadas con hidrógeno.

El otro gran subsistema de energías intermedias, la electricidad, también tiene una gran importancia en la civilización actual y de futuro. Hasta el punto d eque muchas personas cuando oyen hablar de energía piensan inmediatamente en electricidad.

Pues bien, en la sociedad actual se derrocha electricidad de muchas maneras. En primer lugar, en el proceso de generación en grandes centrales termoeléctricas, ya sean éstas de carbón, nucleares o de ciclo combinado con gas natural como combustible. En todos los casos, y dado que se trata de grandes instalaciones, por cada unidad de electricidad que se genera hay que consumir tres unidades de energía primaria (carbón, gas natural o uranio) y las dos que 'sobran' se tiran se tiran al ambiente.

En esencia, en el sistema actual, por cada kilovatio-hora que consumimos en nuestras casas estamos tirando dos al medio ambiente en algún otro lugar (Bahía de Algeciras, Carboneras en la provincia de Almería o al río Tajo en Almaraz, Extremadura) que, normalmente, está lejos de los centros de consumo. Con ello se llega al contrasentido de que el consumidor de electricidad piensa que ésta es 'muy limpia' porque no tiene conciencia de los impactos y contaminaciones ambientales correspondientes y, menos aún, del derroche que supone su consumo limpio, cómodo y barato en su hogar privilegiado. Ya sé que esto que estoy diciendo no es muy 'correcto políticamente' pero es la verdad, y yo no me presento a ninguna elección.

Dicho lo anterior, es obvio que las mejores medidas de racionalización del sistema eléctrico son de dos tipos:

1.- consumir electricidad más eficientemente y en las cantidades realmente necesarias para tener una buena calidad de vida evitando derroches.
2.- generarla en unidades más pequeñas y próximas al consumidor para qeu se puedan aprovechar las dos unidades de calor que en el sistema actual se tiran al ambiente. Es el mecanismo que se llama cogeneración y que permite ahorrar mucha energía primaria y la contaminación corrspondiente. Este proceso se aplica ya en ciertos sectores de consumo -industrias, hoteles, hospitales, etc.- aunque no con suficiente énfasis y extensión.

Dejo para el final aunue no por mejos importante, unos comentarios sobre las energías renovables.

En el sistema más descentralizado y diversificado que vengo propugnando es en el que tiene más sentido el uso de energías renovables como fuentes energéticas de base. Aunque no cabe una explicación detallada del sistema en este artículo, creo que se entiende bien que si calentamos el agua en todos los hogares, hoteles, hospitales, restaurantes, etc. con energía solar de la forma que será ya obligatoria a partir de de este octubre, ahorraremos una importante cantidad de combustibles fósiles y, además, daremos trabajo a muchas personas normalmente ligadas al lugar donde se hacen las instalaciones. También las instalaciones fotovoltaicas que se pueden incorporar al sistema eléctrico general -fotovoltaica conectada a red- suponen un 'alivio' en muchas situaciones de alto consumo eléctrico. Por ejemplo, en el verano, a mediodía, cuando más calor hace, es también cuando más radiación solar nos llega y más electricidad se puede consumir por este procedimiento.

Hay otra tecnología solar que va a ponerse de moda a partir de ahora mismo y que supondrá una importante contribución al prestigio tecnológico de nuestro país en general y de Andalucía en particular. Me refiero a la solar termoeléctrica, que consiste en la concentración de la radiación solar, por medio de espejos, en un dispositivo llamado receptor donde se produce vapor de agua que se expande en una turbina que termina generando electricidad como en cualquier otra central de vapor. Estas tecnologías solares están empezando a ser competitivas comercialmente y la primera de ellas se está terminando de construir en el término municipal de Sanlúcar la Mayor (Sevilla) por parte d una empresa del sector industrial andaluz y español, Abengoa, auténtico ejemplo de coherencia de cara a las modificaciones que tendrán lugar en el sitema energético de todo el mundo.

Resumiendo, esamos en una encrucijada pero tenemos conocimentos técnicos y recursos de todo tipo para saber qué camino debemos tomar. Solo falta la decisión política y la responsabilidad ciudadana para tomarlo.

Fuente: El Correo de Andalucía, 18 de junio de 2006
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