9/06/2009 - 14:05h

La situación de la energía solar térmica en Australia

El concentrador solar Keith Lovegrove tiene dimensiones impresionantes: 400 m2 de espejo parabólico de concentración que concentra los rayos solares en agua y crea un vapor de elevada temperatura, que puede ser conducido hasta una turbina para generar electricidad.
Este científico lidera el Grupo Thermal Solar de la Universidad Nacional de Australia, en la ciudad de Canberra. Lovegrove ha estado trabajando en esta tecnología  desde 1987.  "La eficiencia óptica del disco es considerablemente más elevada que la de los sistemas de concentración con torre central  porque el espejo siempre apunta hacia el disco", dice Lovegrove al describir las ventajas técnicas de su diseño. La ANA comenzó a trabajar en sistemas de concentrador a principios de los años 70. Ahora parece que todo el trabajo de desarrollo que han estado realizando durante este tiempo comienza a tener sus frutos. Para poder comercializarlo, se buscó un inversor en 2005. en la universidad, los investigadoes ya han comenzado a trabajar en el desarrollo de un disco mucho más grande. Se han realizado una serie de estudios y han descubierto que un área de 500 m2 representa el tamaño adecuado para asegurar la rentabilidad del proyecto.

Los científicos australianos no están sólo trabajando en el mayor concentrador de disco que hay en el mundo, sino que también están investigando nuevas maneras de almacenar la energía que se genera a través de este sistema mediante reacciones químicas, algo parecido a las baterías convencionales. La idea que tienen ahora mismo es bombear amoniaco en el foco de un colector solar grande, donde las temperaturas pueden alcanzar varios cientos de grados. A estas temperaturas, el amoniaco se disocia en hidrógeno y nitrógeno. Los gases producto vuelve al lugar de almacenaje gracias a un intercambiador de calor. Esto tiene la ventaja de que restos de amoniaco no disociado pueda volver al tanque de aprovisionamiento automáticamente. Los gases hidrógeno y nitrógeno pueden ser utilizados como combustible para recombinar el calor almacenado químicamente y generar electricidad.

Una investigación apoyada por el gobierno
El gobierno federal quiere continuar apoyando el desarrollo científico de la tecnología solar de alta temperatura. En enero, el Ministro de Energía, Martin Ferguson, creó el Instituto Solar de Australia en Newcastle, con un millón de dólares australianos.  "El instituto proveerá un soporte vital para investigadores en el campo de la energía fotovoltaica y de la térmica de concentración para ayudar a la energía solar a ser más competitiva. El actual gobierno australiano considera que la rentabilidad de la energía solar es fácilmente alcanzable y que la electricidad solar es una opción comercialmente viable para la comunidad australiana, según sus propias palabras.

El continente australiano tiene la media más elevada de radiación solar por metro cuadrado y año que cualquier otro continente. Las cifras se sitúan entre 1.500 a 1.900 kWh/h y m2.
 A pesar de este tremendo potencial natural científico, en términos de comercialización, la energía solar térmica está en Australia aún en pañales. Esto se debe en gran medida a la falta de ayudas económicas para su introducción en el mercado.

En 2001, el gobierno liberal australiano introdujo una normativa para cumplir unos objetivos de energía renovable con el objetivo de incrementar el porcentaje de electricidad consumida proveniente de renovables en este país. En 2007, el nuevo gobierno laborista se comprometió a asegurar que el 20% de la electricidad fuese renovable en 2020. Aún así, según un estudio del HTST, las centrales de generación de electricidad mediante energía solar térmica puede no llegar a beneficiarse de todo esto. "A su actual nivel de desarrollo, HTST genera electricidad a un coste más elevado que algunas otras tecnologías renovables que ya están en funcionamiento. Como resultado, es bastante improbable que la HTST se beneficie significativamente de los objetivos renovables australianos para 2020.

La empresa norteamericana Ausra, que fabrica la tecnología Fresnel para el mercado australiano, tiene un punto de vista similar.  En un comentario sobre el actual boceto legislativo que propone una tarifa especial a nivel nacional para todo tipo de energías renovables, la empresa asegura que "Ausra está preocupada por el diseño propuesto para expander los objetivos renovables, que puede que no produzcan una revolución en el mercado solar australiano, tal y como ha ocurrido en otros países". Y continúa: "Ausra considera que el actual boceto de la normativa es un inconveniente para la energía sola térmica en dos frentes; el primero es que no no proporciona los suficintes incentivos de inversión en proyectos de gran embergadura a corto plazo; y en segundo lugar, se crean barreras estructurales a la inversión solar térmica a largo plazo".  Mientras que la energía solar térmica es una fuente de energía elegible bajo los objetivos de energía renovable, esto en sí mismo no provee un incentivo suficiente para superar los altos costes de crear plantas solares grandes. Según Ausra, existen una serie de medidas que podría tomar el gobierno australiano con el objetivo de fortalecer el mercado solar, por ejemplo, desarrollando una estrategia térmica solar nacional y un paquete de medidas de estímulo para la energía solar, incluyendo la inversión en e infraestructura solar y proyectos energéticos.

Sun & Wind Energy, mayo 2009
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