El K4NADA-H es cofinanciado por el programa Intelligent Energy Europe de la Comisión Europea y lo ha coordinado la European Solar Thermal Industry Federation (ESTIF). El estudio incluye un breve repaso histórico y destaca los beneficios y gastos de las obligaciones solares, además de unas pautas para técnicos y políticos para su implantación; también se hace un análisis exhaustivo de las medidas necesarias para garantizar la calidad de la instalación. En el anexo se recogen buenas prácticas como las de Barcelona, España, Alemania o Italia.
Repaso histórico
Como se explica a Best practice regulations for solar thermal, la primera obligación solar de la historia se hizo en 1980 en Israel, a raíz de la preocupación por la seguridad en el suministro energético y en plena resaca de la crisis del petróleo. A pesar del éxito, no fue hasta 20 años después que se aprobó otra normativa de dicho tipo, en este caso en Barcelona, gracias al ecologista y científico Josep Puig, fundador de Alternativa Verda. Se trataba de la primera ordenanza solar que se adoptaba a nivel europeo.
Hasta entonces, sólo la ciudad de Berlín había hecho una intentona a principios de los años 80, pero el borrador que se hizo no llegó nunca a aprobarse debido a cambios en el gobierno y a la oposición del sector local de la construcción. Las décadas de los ochenta y noventa estuvieron marcadas por el decrecimiento de la energía y la falta de reacción política ante la evidencia –cada vez más clara- del cambio climático. Después de todos estos años, pero, la tendencia es cada vez más positiva.
Los beneficios de la energía solar son claros: no sólo permite preparar de forma gradual los países y las regiones por la escasez de combustibles fósiles, sino que crea economías de escalera que benefician, también, el mercado voluntario en los edificios que no están sujetas a la normativa.
Ahora bien, las obligaciones solares comportan un cambio en el mercado solar térmico: en el marco de una obligación de dicho tipo, es preciso prever medidas para garantizar la calidad de los productos, la instalación y el mantenimiento, además de un régimen claro de inspección y sanción. Si no es así, el rendimiento solar puede llegar a ser más bajo y afectar la aceptación de la regulación y, posiblemente, de la energía solar en general.
Las obligaciones solares en Europa y el mundo
En la actualidad, la Comisión Europea está preparando la propuesta por una nueva directiva que cubrirá todas las energías renovables. Por primer golpe, esta directiva afectará el sector de la climatización. Aún no se sabe qué medidas específicas se incluirán a la propuesta, que habrá que que adopte a posteriori el Consejo Europeo y el Parlamento.
Fuera de Europa, la idea de las obligaciones solares o por calefacción renovable está ganando terreno. Hoy por hoy, se está planteando la posibilidad de implantar obligaciones solares al Área Metropolitana de Tokio –donde viven 35 millones de personas- y a Minas Gerais, el segundo estado federal más poblado del Brasil. Por su parte, algunos estados federales australianos han promulgado normativas que podrían hacer que la solar térmica fuese una de las opciones favoritas para satisfacer los estándares de eficiencia; y China también se está planteando la posibilidad de introducir una normativa solar.