La carcasa está hecha completamente de aluminio reciclable, la pantalla está libre de mercurio y arsénico y las placas de circuitos libres de dos de las substancias más nocivas que contienen los ordenadores: el PVC y los materiales ignífugos.
El anuncio de las bondades ecológicas del nuevo producto lo hizo el mismo Steve Jobs, cosa que nunca había hecho antes, un año después de sugerir que los activistas ecologistas que estaban protestando a las puertas de la Mac World que se fueran a salvar algunas ballenas.
Apple es la última empresa tecnológica, hasta el momento, que se une a la carrera ecológica por conseguir productos más respetuosos con el medio ambiente, aunque el anuncio no convenció demasiado a los ecologistas.
El director de la campaña antitóxicos de Greenpeace en Estados Unidos, Rick Hind, asegura que el Macbook Air contiene menos materiales tóxicos, pero que podría serlo aún más y que a la empresa aún le falta mucho si quiere convertirse en la empresa líder en cumplir estándares medioambientales.
Las relaciones entre Greenpeace y Apple no pasan por su mejor momento. Tras las críticas de la organización ecologista al iPhone, Apple asegura que los ecologistas están haciendo una campaña de acoso. Las explicaciones de Hind de porque lanzan sus acusaciones solo contra Apple y no contra las otras empresas constructoras de ordenadores y componentes mucho más grandes como Dell, HP o IBM, es que de este modo se llama mucho más la atención.
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