«La comunidad científica americana descubrió con estupefacción a finales de diciembre, que se disminuyó el presupuesto de la investigación científica, en vez de aumentarse como lo esperaba, en 400 millones de dólares», declaró Calder.
Sobre esta suma, 160 M de dólares debían consagrarse al proyecto Iter de conformidad con la contribución americana para 2008. Neil Calder ha precisado que cerca de 500 personas perdieron su trabajo en laboratorios americanos a causa de esta decisión del Congreso.
Tratándose del Iter, esta decisión «no comportará una subida de la contribución de los otros socios", indicó Calder, explicando que «no es una contribución al contado que se retira del proyecto, sino de los equipamientos que debían ser construidos por los americanos que van a retrasarse".
A su modo de ver, «las negociaciones siguen entre el Gobierno americano y el Departamento de Energía para ver que posibilidades de cambiar esta situación existen».
«Esta situación es preocupante, pero no debemos sacar la conclusión de que los Estados Unidos van a dejar al Iter», añadió.
La participación americana en el presupuesto de Iter es del 9% del total, evaluado en 10 mil millones de euros distribuidos entre Europa, China, Rusia, Japón, Corea del Sur, India y Estados Unidos. La Unión Europea es el contribuidor más grande con un 46% del total.
Mientras que los primeros trabajos van a comenzar, la entrada en servicio del reactor está prevista para 2016 y la explotación de la máquina que va a construirse en Provenza, en Cadarache, durará 20 años.
El proyecto Iter está destinado a demostrar la posibilidad de una fusión termonuclear (comparable a lo que pasa dentro del sol) controlada, una utopía que viene repitiéndose año tras año desde hace almenos cincuenta.