Fabrican un motor térmico un millón a veces más pequeño que el agujero de una aguja
Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), del Institut Català de Nanotecnologia (ICN) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han fabricado el primer nanomotor que funciona por diferencias de temperatura, según informa Vilaweb. Es un motor capaz de girar, como los motores convencionales, o de mover objetos, pero un millón de veces más pequeño que el agujero de una aguja. Puede tener aplicaciones en biomedicina o en informática, a largo término.
Según Riccardo Rurali, del Departamento de Ingeniería Electrónica de la UAB, uno de los investigadores que ha participado en el proyecto, han encontrado una manera de mover objetos, propia de la escala nanométrica. No se han limitado a trasladar un motor convencional a la esfera de la nanotecnología, como se había hecho hasta ahora, sino que han aprovechado las propiedades únicas de esta esfera. Es sobre todo esto lo que hace importante esta investigación, publicada ayer en Science Express (edición electrónica de Science).
Posibilidades de aplicación
Este hito abre un gran abanico de posibilidades para la nanotecnología. De momento, aún se tienen que estudiar bien las propiedades de dicho nanomotor térmico, pero la posibilidad de controlar el movimiento de objetos a escala nanométrica es muy interesante para los científicos. El motor conseguido tiene trescientos nanómetros de anchura (un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro). A esta escala, en un futuro lejano, se podrían fabricar nanomáquinas o aparatos móviles capaces, por ejemplo, de actuar dentro de nuestro cuerpo sin que nos diésemos cuenta; o de revolucionar ramas científicas como la informática o la que investiga nuevos materiales.
¿Cómo funciona?
Amelia Barreiro, la investigadora del Centro de Investigaciones en Nanociencia y Nanotecnología CSIC-ICN (CIN2), encargada de la parte práctica del experimento, ha explicado en una conferencia de prensa en la UAB que habían conseguido una nueva manera de hacer mover las cosas, nunca propuesta hasta ahora. En concreto, en el laboratorio del Institut Català de Nanotecnologia, usaron uno nanotubo de carbono (una molécula cilíndrica de átomos de carbono) y lo rodearon con otro nanotubo más corto (la pieza móvil). El nanotub más corto puede girar como si fuera una rueda, o recorrer el nanotubo más largo.
Para que la pieza móvil se desplazase, colocaron el nanotubo más largo entre dos electrodos. La idea era que, como ya se había probado en otros experimentos, cuando se aplicase electricidad al nanotubo más largo el más corto se moviese y, por lo tanto, se pudiese estudiar como respondía al movimiento. Pero pronto descubrieron que el movimiento no era causado directamente por la electricidad, sino por el aumento de temperatura. Cuando aplicaban electricidad al nanotubo más largo, se alcanzaban temperaturas de unos mil grados; los electrodos, en cambio, mucho más gruesos, podían disipar el calor y mantenerse fríos. Y es esta diferencia de temperaturas la que hace que el nanotubo más corto se mueva hacia el electrodo más próximo.
Según Adrian Bachtold, investigador del CIN2 y director de la investigación, los pasos siguientes a hacer ahora son: continuar estudiando el movimiento causado por la diferencia de temperaturas, porque el frotamiento entre los objetos a escalas nanométricas es mucho más pequeño. De hecho, las fuerzas que hacen mover el nanotubo de carbono también actúan a nuestra escala, pero son tan pequeñas que ni nos damos cuenta. A partir de ahora, pues, se abre la puerta a nuevas maneras de hacer mover el nanomotor (calentando el nanotubo con un láser, por ejemplo).