Un equipo de investigación del Instituto de Recursos Naturales (IRENA) de la Universidad de León realizará una planta piloto de obtención de hidrógeno y metano a partir de basuras orgánicas
Este proyecto ha sido seleccionado por Endesa entre más de un centenar de proyectos internacionales de innovación energética, dentro del plan estratégico de tecnología e innovación de la compañía eléctrica. La investigación desarrollada por Xiomar Gómez Barrios y María José Cuetos Revuelta con Antonio Morán Palao, director del Irena, ha obtenido uno de los premios Novare con los que Endesa financia el desarrollo práctico de las propuestas de innovación; y con una dotación de 500.000 euros deberá ahora perfeccionar el proceso y llevar a la práctica un proyecto piloto.
El trabajo, denominado 'Producción y purificación de bio-hidrógeno con vistas a su utilización industrial', fue seleccionado en la categoría de Nuevas energías renovables y fuentes energéticas solar, eólica, biomasa, hidrógeno y geotérmica entre 56 propuestas, más de la mitad del total presentado a las cuatro categorías de premios, que procedían de equipos investigadores de quince países. El proyecto se ha realizado en colaboración con el Instituto Nacional del Carbón, la Universidad de Nottingham y el Imperial College; y según Morán Palao supone un planteamiento novedoso porque aunque la obtención de hidrógeno a través de nuevas fuentes es un proceso que se está desarrollando en todo el mundo, la investigación es 'novedosa porque ha conseguido obtener el gas a través de residuos orgánicos'.
De hecho, una primera parte del proceso ya está patentada. Incluso algunas empresas extrajeras se habían interesado ya por los resultados de la investigación. 'Lo que está claro es que en España es la primera vez que se obtiene hidrógeno a través de basuras. La biometanización es un proceso más desarrollado, pero lograr hidrógeno a partir de esta materia prima es más raro, de hecho quizá el nuestro sea el mayor proyecto que hay actualmente en la comunidad científica inernacional sobre este asunto. Y el premio de Endesa es, desde luego, un reconocimiento y todo un aliciente'.
El equipo de investigadores que desarrolla su trabajo en la Universidad de León pretende ahora mejorar el proceso, añadir una serie de complementos y purificar el hidrógeno, para poder utilizarlo con fines industriales; obtención de energía pura, como sustancia química para determinados procesos o en pila de combustible, el sistema más de actualidad, ya sea para mover vehículos o para obtener energía eléctrica, y generar frío o calor.
El proyecto no sólo tiene la ventaja de obtener estas dos energías (en una primera fase hidrógeno, en una segunda metano), sino que aporta otros valores especialmente considerables: por un lado, toda la energía se obtiene a través de basuras orgánicas, con lo que colabora a una gestión adecuada de los residuos; y por otra, el subproducto final de estas basuras una vez obtenidos estos gases es utilizable como fertilizante en los procesos agrícolas. Un abono que en lugar de haber consumido energía y desprendido emisiones de CO2 a la atmósfera, ha sido productor energético y contribuye a la mejora ambiental.
Ahora la aplicación práctica deberá determinar qué cantidades de hidrógeno se pueden obtener a partir de los residuos orgánicos, aunque el director del Irena apunta: 'Las cantidades de hidrógeno nunca van a ser enormes, aunque dependerá de las toneladas de basura que se reciblen. Pero el sistema no está pensado para grandes usos'. Lo cual no quiere decir que el proceso no tenga viabilidad y rentabilidad económica. 'Ya casi está en uso económico en las condiciones actuales, pero las cuentas sobre la rentabilidad tiene que hacerlas la empresa que vaya a utilizar el sistema. En cualquier caso, cuando Endesa lo ha premiado para desarrollar una planta piloto es 'porque la viabilidad técnica y económica del proceso está grantizada'.
'El premio de Endesa reconoce la labor de investigación que llevamos a cabo desde la Universidad de León, pero en realidad en el Irena tenemos muchos proyectos en cartera, no nos podemos quejar'. Antonio Morán Palao empezó a trabajar en la ULE hace doce años, aunque antes realizó su tesis y se doctoró con un trabajo en el Instituto Nacional del Carbón. Ha sido profesor de Ingeniería Química, de Ingeniería de procesos en la industria alimentaria, y de otras asignaturas, hasta promover el Master en energías renovables, que el próximo año será reconocido como oficial. Aunque en principio desarrolló su actividad especialmente en temas relacionados con el carbón, ahora centra su atención en el ámbito de las energías renovables y las mejoras de los procesos ambientales con tecnologías para la depuración del medio ambiente. Desde hace cuatro años dirige el Irena.
En realidad Morán Palao es la cabeza visible de un equipo formado por una veintena de titulados, entre otros investigadores, cuya labor ya ha sido reconocida con premios como la Cátedra de Energías Renovables de Caja España, o el primer premio nacional de Medio Ambiente de Carrefour, entre otras distinciones. A la pregunta de si el premio Novare será un espaldarazo para el Irena, Morán responde: 'Desde luego, es importante y es un estímulo, pero en los últimos años el equipo ha participado en muchos proyectos, y hoy prácticamnte no damos abasto. Tenemos muchas solicitudes y prácticamente no podemos atenderlas'.
Eso sí, el director del instituto reconoce que los grandes proyectos 'no son de aquí'. Empresas nacionales, ingenierías, ministerios, grupos de investigación europeos... 'Pero en esta comundiad, sólo alguna colaboración con la Junta'. Aquí hay inquietud empresarial, pero no siempre las compañías están preparadas. Las más pequeñas no pueden acometer las inversiones necesarias, y a las grandes no les interesan'.
La biometanización es una de las líneas de investigación en las que más han trabajado en los últimos cinco años, y se encuentra desarrollando varias investigaciones en este sentido. Xiomar Gómez, María José Cuetos y él mismo han seguido más de cerca estos procesos. A la obtención de hidrógeno han dedicado alrededor de un año nada fácil, por la investigación en sí misma y porque, al fín y al cabo, trabajar con basuras nunca es agradable.
A punto de cumplir su primera década, el Irena ha desarrollado uno de los equipos de investigación más potentes que opera en León. 'Ha sido el esfuerzo de muchas personas, en la investigación y en la búsqueda de fondos. Alguien me dijo una vez que en investigación había que coger la maleta y recorrer Europa en vuelos baratos vendiendo los proyectos. Y eso es lo que hemos hecho, pero al final nos hemos dado a conocer, hemos conseguido proyectos y podemos trabajar con muchos institutos'.
Fuente: María José Muñoz. Diario de León, 20 de marzo de 2006