El centro tecnológico Ikerlan - Ik4 está desarrollando una investigación para llevar a cabo la generación de hidrógeno a través de la transformación de biomasa. Este proyecto cuenta con el respaldo del programa Saiotek del Gobierno Vasco, que ha concedido una subvención de 2.5 millones de euros al centro de Mondragón para 2006.
El centro tecnológico Ikerlan, perteneciente a la Plataforma IK4, ha recibido el respaldo del programa Saiotek del Gobierno Vasco para desarrollar un proyecto centrado en la generación de hidrógeno a través de la transformación de biomasa. De esta forma, el desarrollo, en el que también participa la Universidad del País Vasco, persigue la obtención de una tecnología de pirólisis rápida para obtener, a partir de materiales orgánicos, un líquido denominado bioaceite. Según informan desde el centro, 'este líquido se puede utilizar directamente en calderas o motores modificados o servir como materia prima para la obtención de combustibles estandarizados, como el biodiésel, el metanol o el hidrógeno'.
Y es que uno de los resultados que se obtienen mediante la transformación de biomasa en bioaceite es un importante aumento de la densidad energética, de entre cuatro y siete veces. A su vez, este incremento se traduce también en una reducción proporcional de los costes derivados del transporte, que en la actualidad presentan un hándicap importante en el desarrollo de este tipo de biocombustibles.
Así, Ikerlan - IK4 considera la puesta en marcha y valoración de esta tecnología de carácter estratégico a la hora de facilitar la viabilidad económica del proceso de fabricación de la biomasa en combustibles estandarizados.
Por otro lado, el centro de Mondragón ha reforzado su estrategia de especialización en otros ámbitos de investigación que también han recibigo el apoyo de Saiotek. En total, el centro ha contado con una subvención de 2.5 millones de euros para el presente ejercicio 2006. Este respaldo económico se destinará a potenciar la investigación en otros sectores como el de la mecatrónica para la concepción de nuevos productos y funciones, y la Inteligencia Ambiental con la integración de tecnologías como los sensores, sistemas electrónicos, comunicaciones inalámbricas, etc. La transformación del contexto empresarial a través del desarrollo de tecnologías, que garanticen la competitividad de los productos, es otra de las áreas que se potenciarán.
Fuente: Empresa XXI, 1 de abril de 2006