Muchos tienen grandes esperanzas puestas en la tecnología MEC por su sorprendente capacidad de producir hidrógeno a partir de desechos biológicos gracias a los microorganismos.
Sin embargo, la necesidad de utilizar platino como catalizador, un metal muy caro, ha paralizado el posterior desarrollo de esta tecnología, que no ha alcanzado el nivel de aplicación que a todos nos gustaría. Su avance acercaría unos cuantos años la utilización del hidrógeno de forma masiva.
Hace unos años, Bruce Logan y sus compañeros de la Universidad Estatal de Pensilvania descubrieron que añadiendo una pequeña sacudida de electricidad al cátodo de la célucla de combustible, podía ampliarse la eficiencia. El mismo equipo ha podido ahora determinar que existe una alternativa económicamente viable al caro cátodo de platino mediante un simple cepillo de acero. Al parecer, utilizar el acero con otra forma no funcionaría, tiene que tener la forma de cepillo.