22/04/2010 - 10:20h

Avatar se reproduce en Brasil

Lula Da Silva va a construir en la Amazonía la tercera presa más grande del mundo. El director de Avatar -James Cameron- y otras personalidades ya han mostrado su rechazo al proyecto. Los indios indígenas de la zona ya han anunciado que están preparando sus arcos para combartir la llegada del hombre blanco.

El proyecto público de la presa denomianda de Belo Monte, en el río xingu, en el estado de Paraná, ha sido ganado por un consorcio de empresas brasileñas. La presa tendrá una potencia de 11 GW.

El líder indígena Kayapó, Raoni Metuktire, conocido a nivel internacional por su colaboración con Sting durante los años 80 y 90, asegura que "Creo que la guerra está a punto de empezar, y los indios se verán obligados a matar al hombre blanco otra vez para que dejen en paz nuestras tierras. Creo que los blancos quieren demasiado, nuestro agua, nuestras tierras.. Habrá una guerra que ahuyentará al blanco para siempre". Otro líder de la región, Luis Xipaya, ha asegurado a Reuters que "habrá una sangría, y el gobierno va a ser resposable de eso2"

Los planes para la construcción de la presa comenzaron ya en los años 70, pero la presión internacional los paralizó. El deseo del gobierno brasileño de reaviviar la economía ha resucitado la vieja idea, y los viejos temores indios, también.

Kayapó ha dicho que "el bosque es nuestro supermercado; el río es nuestra pescadería. Así es como sobrevivimos".

Muchos habitantes de Altamira, una tranquila ciudad de la Amazonía, situada cerca del lugar donde se instalará la presa, teme el caos social y la influencia de los miles de trabajadores que llegarán de seguir el proyecto adelante. Antonia Melo, una activista local de los derechos humanos, describe la presa como una violación de derechos humanos. "Llegarán 100.000 personas como resultado de la construcción de la presa. Habrá violencia, escasez de comida, de agua potable y de servicios médicos", advierte.

Los periódicos ocales advierten de que los inmigrantes ya han comenzado a llegar a la región desde Río de Janeiro y desde regiones del sur, en busca de oportunidades de negocio. No todos los brasileños se oponen a la presa. Muchos se alegran de que Belo Monte cree trabajos y electricidad, y uno de los mayores periódicos de la región sugiere que puede ser un reclamo turístico.

James Cameron ha afirmado en Brasil la semana pasada que la presa es un desastre ecológico y que existen alternativas.

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