21/03/2006 - 13:14h

Hidrógeno en Aragón

Ha estado en Aragón Jeremy Rifkin, asesor de gobiernos y empresas y experto en energía, y contagió su entusiasmo sobre una economía en la que el hidrógeno podrá sustituir al petróleo. Es el futuro... ¿ cercano o lejano ?
Estamos preparados para emprender la tercera revolución industrial, asegura Jeremy Rifkin. El influyente economista norteamericano, que participó el pasado jueves en Zaragoza en el VI Foro PILOT de logística, defiende la impotancia de apostar por las energías renovables para depender menos del petróleo y se muestra convencido de que la Unión Europea -a cuyo parlamento asesora-, está en condiciones de liderar esta revolución (con un Japón tecnológico, precisa) porque aquí defendemos el desarrollo sostenible. Un desarrollo en el que el hidrógeno, concretó, está llamado a desempeñar un papel fundamental.

En su libro 'La economía del hidrógeno', éxito de ventas traducido al castellano, Rifkin se remonta a un texto de Julio Verne de 1874, 'La isla misteriosa', en el que un personaje declara que 'algún día se empleará el agua como combustible porque el hidrógeno y el oxígeno que la forman, usados de manera conjunta o por separado, proporcionarán una fuente inagotable de luz y calor, de una intensidad de la que el carbón no es capaz'. El experto en energía estadounidense alaba así la visión de futuro de Verne y la enlaza con la apuesta actual de multinacionales del automóvil, el gas o la electricidad por un vector de futuro que permita hacer frente a la escasez ( la consecuente subida de su precio) del petróleo.

En General Motors, una de las multinacionales que más invierte en la tecnología del hidrógeno -como bien recordó en pasado jueves en Huesca el propio Rifkin-, admiten que el interés en trabajar a fondo en investigaciones relacionadas con el hidrógeno aumentó notablemente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en las Torres Gemelas de Nueva York. Porque un escenario geopolítico difícil, especialmente en Oriente Medio y el Golfo Pérsico, complican el abastecimiento de crudo en todo el mundo, apuntan.

Jeremy Rifkin dijo en Walga -y lo repitió en el Foro PILOT- que los tres problemas más acuciantes del mundo en la actualidad (el calentamiento global, la deuda del Tercer Mundo y las tensiones de Oriente Medio) tienen que ver con el petróleo. Y, con estos escenarios como telón de fondo, insistió, la apuesta por el hidrógeno como alternativa cobra peso. El experto fue más allá al señalar que la tecnología ya está disponible hoy en pilas de combustible que los japoneses venderán para productos electrónicos y en las que firmas automovilísticas de Estados Unidos, Europa y Japón emplearán para nuevos vehículos, pero acaso hace falta que estas herramientas productoras de energía sean más asequibles, en precio y en su modo de funcionar (almacenar el hidrógeno es aún una asignatura pendiente).

Las teorías de Rifkin son bien conocidas en Aragón, y no sólo por expertos como Antonio Valero, del CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), y cuatro más. Desde que el Departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón, que dirige Arturo Aliaga, se posicionó en este tema en 2003 y creó la Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón, la filosofía Rifkin ha ido ganando adeptos. Empresas ('energéticas' o no), entidades de ahorro, centros de investigación, universidades... Son muchos los que han querido trabajar con este agente energético de futuro, aunque ese futuro puede que no esté tan cercano.

El propio Jeremy Rifkin es consciente de que quizás él no llegue a ver un mundo en el que el hidrógeno haya desplazado al petróleo como combustible más importante, porque hacen falta aún infraestructuras en todas partes, pero está seguro de que trabajar por ello vale la pena. Si General Motors ha prometido poder vender coches de hidrógeno en 2010, después de haberlos exhibido en las carreteras muchos años antes (aquí hemos podido conducir el HidroGen3, basado en un Opel Zafira), y ya circulan por varias ciudades de Europa y de otros continentes autobuses propulsados con hidrógeno, ¿ por qué no pensar en que el sueño de Rifkin puede hacerse realidad ?

El gran 'gurú' de la energía, ex-asesor de la Administración Clinton y a quien la cancillera alemana Ángela Merkel pide consejo, no debió emplearse tan a fondo para convencer a Aliaga, a su equipo y a los patronos de la Fundación del Hidrógeno en Aragón de las bondades del vector energético del futuro. Ya estaban convencidos. Más aún, uno y otros, Rifkin y los aragoneses, se han dado ánimos mutuamente para seguir trabajando. Para emprender la tercera revolución industrial.

Fuente: Heraldo de Aragón, 13 de marzo de 2006
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