Este año, en el contexto del Año Internacional del Saneamiento proclamado por las Naciones Unidas, el Día Mundial del Agua se centra precisamente en esa crítica cuestión. Deseo aprovechar esta oportunidad para renovar el compromiso de la UNESCO de promover la ciencia y el conocimiento con miras al uso sostenible de los recursos de agua dulce del mundo y para reiterar la importancia fundamental del suministro de agua potable y de saneamiento a todos.
Uno de los mayores retos que afronta la humanidad es mejorar el bienestar de los 2.600 millones de seres humanos -el equivalente a la mitad de la población del mundo en desarrollo- que carecen de acceso a saneamiento básico. A pesar de que en todo el mundo crecen los índices de difusión del saneamiento y a pesar de los notables esfuerzos de los gobiernos y la comunidad internacional, el ritmo de avance hacia el objetivo de desarrollo del Milenio de reducir a la mitad el porcentaje de la población que carece de acceso sostenible a agua potable y saneamiento básico, ha sido lento y desigual. Según el Informe sobre los objetivos de desarrollo del Milenio de 2007, se calcula que 1.600 millones de personas deberían lograr acceso a mejores instalaciones sanitarias en el periodo de 2005-2015 para que se alcanzase la meta de este objetivo en lo referente a saneamiento. Si se mantienen las tendencias vigentes desde 1990, es probable que el mundo no llegue a ella por un margen de casi 600 millones de personas.
El acceso a agua potable y servicios básicos de saneamiento es un requisito sine qua non para alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio relativos a la pobreza, la salud, el género y la sostenibilidad medioambiental. La mejora del saneamiento tendrá repercusiones positivas tanto en la salud humana como en el medio ambiente. Entre los beneficios más importantes que comporta están la mejora de la salud pública, una considerable disminución de las enfermedades que se transmiten por el agua, al desactivar sus vectores, y, gracias a lo anterior, la evitación del fallecimiento prematuro de millones de seres humanos. La mejora del saneamiento también se traduce en un incremento del desarrollo humano, la dignidad, la intimidad y la seguridad, en especial de las mujeres y las niñas, así como en el avance de la igualdad de género.
A menudo se pasan por alto los beneficios medioambientales del saneamiento. La eliminación directa de ingentes volúmenes de aguas de albañal y de desechos humanos representa una amenaza considerable para la salud y la función de los ecosistemas acuáticos. Una mejor gestión de las aguas residuales y del saneamiento acarreará enormes beneficios al proteger los recursos hídricos de la contaminación de gérmenes patógenos y otros elementos nocivos.
En la actualidad, hay una necesidad perentoria de abordar la cuestión del saneamiento de manera sostenible, con la participación de todos los interesados y -lo más importante de todo-, de los gobiernos y las comunidades locales, las familias y los inversores. Se han obtenido adelantos significativos en la elaboración de tecnologías sanitarias de bajo costo, lo que ha permitido superar el obstáculo tecnológico que antes se consideraba que era la causa fundamental de la lentitud en difundir el saneamiento universalmente. La generalización del saneamiento en los países y su incorporación como prioridad en las políticas y estrategias nacionales constituye un punto de partida para acelerar ese adelanto. El fortalecimiento de las alianzas internacionales en la materia contribuirá a obtener inversiones y dará lugar a nuevas opciones tecnológicas.
A través de sus programas y actividades relativos a los recursos hídricos, la UNESCO contribuye activamente a la consecución de las metas sobre agua y saneamiento de los objetivos de desarrollo del Milenio. El Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO aborda la cuestión del saneamiento en el contexto más amplio de la gestión sostenible del agua en las zonas urbanas, mediante la adopción de una estrategia global para la gestión del ciclo del agua en las ciudades y el examen de las repercusiones que podrían tener los nuevos enfoques en materia de saneamiento. La UNESCO apoya la investigación y la creación de capacidades en las esferas relacionadas con el saneamiento mediante programas de formación e investigación de posgrado que tienen lugar en el Instituto UNESCO-IHE para la Educación relativa al Agua.
En el marco del Año Internacional del Saneamiento, la UNESCO reitera su compromiso de multiplicar sus esfuerzos para resolver los problemas de saneamiento vinculados al agua mediante la promoción, la difusión y el intercambio de conocimientos e información y la creación de capacidades humanas e institucionales. En apoyo de las iniciativas que lleva a cabo el sistema de las Naciones Unidas, tales como ONU-Agua, el Día Mundial del Agua y el Año Internacional del Saneamiento, la UNESCO mantiene su disposición a reforzar los lazos de colaboración con sus Estados Miembros y la comunidad internacional en los ámbitos relacionados con el tema.
En este Día Mundial del Agua, quiero exhortar a todos los interesados a que mancomunen sus esfuerzos con el fin de alcanzar las metas esenciales de los objetivos de desarrollo del Milenio en lo referente al agua y al saneamiento. Abrigo la firme convicción de que en esta esfera sólo se lograrán más avances mediante el decidido empeño y la acción concertada de todos los copartícipes y en todos los ámbitos.
Koichiro Matsuura Director General de la UNESCO
Acerca del Día Mundial del Agua La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1993 la resolución
A/RES/47/193 por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de 1993, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo contenidas en el
Capítulo 18 (Recursos de Agua Dulce) de la
Agenda 21. Se invitó entonces a los diferentes Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia publica a través de la producción y difusión de documentales y la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos así como con la puesta en práctica de las recomendaciones de la Agenda 21.
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