2/01/2007 - 19:38h

Algunas medidas para el ahorro de agua potable

El cuerpo humano está formado en un 70% de agua, del cual entre un 5 y un 10% se debe renovar diariamente mediante los alimentos y la ingesta de líquidos. Por increíble que pueda parecer, un pepino acumula más cantidad de agua ( un 97%) que la misma agua de mar, que está formada sólo en un 96% de agua, pues el resto son minerales y otras sustancias en suspensión.

El líquido elemento es, por tanto, una necesidad básica para el ser humano, y se considera en general un derecho inalienable. La Constitución de Sudáfrica, país con la legislación sobre aguas más avanzada del mundo, lo reconoce explícitamente como un derecho ciudano, y establece por ley la reserva de agua con dos fines: el consumo humano por un lado y el mantenimiento del ecosistema por otro.


Por otra parte, su existencia en la Naturaleza, en condiciones óptimas para el uso humano, está disminuyendo ostensiblemente, debido no sólo a las consecuencias ya visibles del cambio climático, sino sobre todo, a la mala gestión que de los recursos hídricos se está haciendo desde hace generaciones en todo el globo. Tan sólo un 0,007% del total está disponible para el ser humano. El agua es por tanto, un recurso indispensable para la supervivencia de nuestra especie, y como bien indispensable que es, debemos encaminar nuestros esfuerzos hacia su conservación. 
Sólo un 2,5% del agua del planeta es dulce; de ese 2,5% del total, sólo un 0,45 es agua superficial disponible para uso humano

Medidas para el uso sostenible del agua

  • Riego por goteo:: aplica el agua gota a gota solamente sobre el suelo que afecta a la zona radicular. Se reportan ahorros de hasta un 60% en el consumo de agua
  • Riego con aguas residuales tratadas: la FAO asegura que el tratamiento de las aguas residuales de una ciudad de medio millón de habitantes haría posible el riego de 3.500 hectáreas anualmente
  • Gestión del agua de forma holística
  • Planificación conjunta de agua y energía: En Bogotá se planificó un embalse adicional a los ya usados para asegurar el abastecimiento de la ciudad. Este embalse fue conectado con otro mediante un túnel en pendiente. El proyecto, inicialmente pensado y planeado pensando en distribuir agua potable hasta una ciudad, resultó ser viable simultáneamente como una fuente generadora de energía hidroeléctrica.
  • Colaboración entre los diferentes países o regiones que comparten sus cuencas
  • Involucración de los usuarios en la gestión hídrica: la FAO asegura que 'Es evidente que donde las mujeres y los hombres participan en las consultas, en la toma de decisiones y en la capacitación, se utiliza mejor la infraestructura y la gestión es optimizada. Al contrario, la falta de consulta a los usuaros y gerentes en proyectos en Guatemala, Indonesia y Togo, y en muchos otros lugares, condujo a que estas personas no usaran la nueva infraestructura, no porque no habían recibido el entrenamiento para hacerlo, sino porque la nueva infraestructura había sido mal diseñada o ubicada, o había ignorado las necesidades de ese grupo concreto.
  • Políticas de fomento y disuasión mediante la planificación de las subvenciones enfocándolas sólo a las actividades que utilicen el agua de forma más eficiente, tales como agricultura de secano, riego por goteo, producción ganadera de aves y otras prácticas más sostenibles.

    Uno de las medidas de disuasión es aplicar a los precios el retorno de costes y las tarifas por tramos: el estrés hídrico al que se enfrentan muchas regiones está conduciendo a aumentar los precios tanto para evitar el despilfarro, como para retornar al estado la inversión destinada a la infraestructura de aguas. Una de las medidas para garantizar un suministro mínimo como derecho básico de todo ciudadano, pero intentando frenar el desperdicio de los recursos hídricos, es la instauración de un sistema de tarifas por tramos, es decir, precios en función del volumen de agua usado, de forma que unos consumos que se mantienen en un margen establecido y considerado básico, tienen unos precios asumibles por todos, mientras que el consumo exagerado es penalizado con precios muy elevados por unidad registrada.

    Según algunas experiencias, la mera penalización económica del derroche del agua no es suficiente para frenar su consumo. Es necesario tomar elaborar un tipo de gestión más compleja que flexibilice su uso. En el norte de Australia, por ejemplo, el suministro de agua puede ser de dos tipos: uno es el que garantiza su uso incluso en épocas de sequía, por el cual hay que pagar un precio más alto; y la que no suministra agua durante épocas de sequía, que disfruta de una tarifa más económica.
  • Desalinización: : la desalinización mediante combustibles convencionales tiene el inconveniente de producir CO2, así como de tener aún un coste elevado, de entre un dólar y dólar y medio, por lo que este recurso se plantea únicamente para consumo humano, pues el riego a este coste no produciría beneficios. Actualmente comienzan a aplicarse energías renovables -solar y eólica- para realizar la desalación, aunque todavía no se aplica masivamente de forma comercial.
  • Reciclaje, tratamiento y reutilización de aguas ya usadas: : el agua utilizada en las viviendas pueden ser tratadas y utilizadas en usos en los que no sea indispensable el agua potable, tales como la lavadora, la limpieza o el riego. Para disponer de esta utilidad, el edificio necesita dos circuitos paralelos, uno para el agua potable y otro para la reciclada.


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