En Europa oriental el 16 por ciento de la población no tiene agua segura en su casa, y la situación es peor en las áreas rurales, donde ese porcentaje se eleva a más del 50 por ciento.
En Europa occidental cada vez hay más conciencia sobre las enfermedades emergentes relacionadas con el cambio climático.
Frente a pronósticos de lluvias torrenciales y períodos más largos de sequía en la región mediterránea, los expertos prevén el surgimiento de condiciones adecuadas para la proliferación de organismos desconocidos, transmisores de nuevas enfermedades.
Bajo los auspicios de la CEPE y la Organización Mundial de la Salud, se reunió esta semana Ginebra, el comité independiente encargado de supervisar el cumplimiento del Protocolo de Londres relativo a agua y salud, señaló la portavoz de la Comisión, Charlotte Griffiths.
"El Protocolo de Londres apunta a mejorar el acceso a agua potable como derecho humano fundamental en la región Paneuropea. El Comité está compuesto de nueve expertos independientes, científicos y abogados especialistas en medio ambiente", explicó Griffiths.
Este instrumento complementa el Convenio sobre la Protección y Utilización de los Cursos de Agua Transfronterizos y de los Lagos Internacionales.