La FAO recomienda el tratamiento de aguas residuales en el riego tanto como sea posible, incluso para especies comestibles.
La FAO asegura que eel riego con aguas residuales tratadas tiene una potencialidad enorme, y da datos: el tratamiento de las aguas residuales de una ciudad de medio millón de habitantes haría posible el riego de 3.500 hectáreas anualmente.
Al contrario de lo que pueda parecer, el uso de este tipo de aguas no conlleva peligros de salud pública, siempre y cuando sean convenientemente tratadas, puesto que sólo se mantienen en el agua elementos minerales que son fertilizantes naturales, tales como nitrógeno, fósforo y potasio.
Una ventaja medioamiental adicional es que, al ser absorbidos por estas plantas, se evitarán los problemas que conllevan estas concentraciones de minerales cuando son vertidos indiscriminadamente en ríos y mares (proliferación de algas y desaparición de especies sensibles).
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