Una sequía que se ha descrito como la más crítica desde el comienzo de esta civilización está amenazando con dejar 2 millones de personas en el sur del país sin electricidad e incluso sin agua potable.
La ya escasa producción eléctrica que recibía la cuarta ciudad iraquí, Nasiriya, se ha reducido en un 50% durante las últims tres semanas debido a la rápida bajada de los niveles de agua del Eúfrates, que ahora sólo tiene activas dos de las cuatro turbinas de las que dispone.
Si el nivel del río continúa descendiendo, como asegura la predicción meteorológica, los ingenieros aseguran que las dos turbinas que quedan también tendrán que dejar de funcionar, produciendose un corte total de electricidad en la ciudad.
Cerca de la desembocadura del río, la falta de agua potable ya ha conducido a la evacuación de dos pueblos, de unos 3.000 habitantes cada uno. Según una de las vecinas, no pueden beber ya el agua del río, hay gente enferma y los animales mueren de sed.
Las causas son tanto naturales como humanas. Irak lleva ya dos años de sequía, y además en otros países que comparten el Eúfrates - Turquía, Irán y Siria - se han construido varias presas, disminuyendo el nivel del río.
En las marismas, los lugareños están construyendo pozos para abastecerse de agua.