17/06/2010 - 14:46h

Posible aumento global de los precios del agua

Aumento en el precio del agua

El Banco Mundial y la OECD recuerdan que el agua es un recurso natural limitado que debe ser valorado a un precio más elevado del que tiene ahora para poder arreglar las viejas tuberías y reemplazarlas por nuevos sistemas de transmisión del agua potable.

A medida que aumenta la población, algunas de las mayores economías del mundo están elevadndo el precio del agua potable de la red pública. Según la ONU, hay más de 1.000 millones de personas en todo el mundo que no tienen acceso al agua potable, y más del doble no la tienen a un sistema de alcantarillado.

Los expertos argumentan que mientras los países ofrezcan subvenciones para el suministro de agua, no va a ser posible cambiar los hábitos derrochadores de los consumidores, a quienes les es indiferente malgastar porque les sale barato. Tampoco se podrá acumular dinero para invertir en la mejora de los sistema de transmisión del agua. Por otro lado, es posible hacer tarifas por tramos, de forma que los consumidores de menos recursos no paguen tarifas caras por un suministro que es básico.

En abril, el Banco Mundial mantuvo una reunión de alto nivel sobre agua en Nueva York, en la que se discutió la posibilidad de elevar los precios del agua potable. Unos días antes, la OECD, que representa a las mayores economías mundiales, editó tres informes diferentes sobre el agua que proclamaban una subida de los precios. "Darle al agua el valor que realmente tiene nos hará conscientes de su escasez, y nos conducirá a gestionar mejor nuestros recursos hídricos", ha asegurado Angel Gurría, el secretario general de la OECD.

La discusión en el Banco Mundial ha sido conducida por Lars Thunell, jefe ejecutivo de la Internacional Finance Corporation. "Todo el mundo dice que el agua debería ser más valorada, da igual cómo lo llames: coste, precio o recuperación de inversión en las redes", asegura Usha Rao-Monari, director del Departamento de Infraestructura de IFC. "El agua no es un recurso inagotable, y todo recurso que no sea inagotable debe tener el precio que le corresponde".

Cada vez más países del mundo están comenzando a preocuparse por la disminución del agua potable. Y con el cambio climático alterando el modelo de lluvias, en unos años hasta la mitad de la población mundial podría vivir en zonas sin agua potable sostenible, según los experots.

Fuentes de consultoras aseguran que la industria necesita gastar unos 400 millones de euros al año para poder reparar y mantener la infraestructura del agua potable de forma que pueda cubrir la demanda.

Según un estudio de la consultora McKinsey, encargado por varias grandes multinacionales, la escasez de agua en 2030 podría ser cubierta simplemente utilizando técnicas sostenibles de riego (el riego por goteo, por ejemplo) o duchas más eficientes.

Sin embargo, las subvenciones públicas que reciben las redes de agua potable, gracias a las cuales los consumidores pagan una factura ínfima por este preciado bien, están impidiendo que las empresas del sector inviertan en la red, o que los agricultores, industria o particulares utilicen el agua de forma más eficiente. Virgilio Rivera, director de Manila Water, "asegura que se encuentran en un cículo vicioso. " Cuando Filipinas pasó por una crisis hídrica en 1997, no había inversión en la infraestructura del transporte del agua. Como el servicio era malo, no se podía pedir un precio más elevado por el agua porque los clientes estaban insatisfechos. Y como muchos incluso ni pagaban, no había dinero para mejorar el sistema".

Incluso en la capital de EEUU, Washington DC, se está hablando de duplicar el precio del agua durante los próximos cinco años para disponer de capital que invertir en renovar la red pública, que tiene ya 76 años.

Uno de los sistemas que se plantea es la tarifa por tramos, en el que el tramo inferior, que sería equivalente al consumo de un hogar para cubrir las necesidades básicas de beber, cocinar y lavarse, sería gratuito o casi gratuito, para evitar cargar estos costes a las capas menos favorecidas de la población.

El precio de la comida no notaría -en teoría- el efecto de la subida de precios, ya que agricultores y empresarios tomarían medidas para aumentar la eficiencia en la gestión del agua.

Fuente: The Guardian

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